Ahí se encontraba el, mirando nostálgico por la ventana, observando la intensa, insesable y relajante lluvia. Dejo salir un suspiro, últimamente no se entendía a sí mismo. Sintiendo sus sentimientos un enredo, que tal vez nunca podría averiguar como resolver. Recostó su cabeza en su escritorio, el cual se encontraba enfrente a la ventana. "¿Como es que aún no puedo dejar pensar en el?". Sintió una lagrima resbalar por su mejilla. Había tratado de reprimir esos sentimientos, de tener el desamor y superar al chico. Pero no podía, no importaba cuanto tiempo hubiera pasado, los sentimientos seguían ahí. Trato de ocultar su rostro, como si eso fuese a aliviar su dolor, como si fuese a detener lo que sentía...No lo pudo evitar, comenzó a soltar pequeños quejidos. Odiaba ese sentimiento, odiaba lo loco que lo volvía, la idea de tenerlo lejos, odiaba ese estúpido y indeleble miedo a que se alejara.
-¿Riki...?-Dijo Alvaro asomándose por la ventana.
Riki dio un salto del susto, y rápidamente trato de ocultar el hecho de que había estado llorando, sintiendose inútil al no lograrlo.
-A-Alvaro...-Murmuro cabizbajo.
-¿Que te paso?-Preguntó pasando su pulgar por la mejilla de su contrario-estas hecho un desastre-.
El silencio reino por unos segundos, puesto a que Ricardo no sabía que responder. Ese intenso temor lo atacó una vez más, haciendo que mantuviera su boca sellada.
Le dolía, el pecho, la garganta y la cabeza. Era un dolor intenso, agudo e insoportable.-Ya vuelvo-Dijo Alvin inclinándose fuera de la ventana-voy a dar la vuelta-.
Una vez estaba dentro, fue hasta donde su mejor amigo y se sentó a su lado. Sin decir una palabra, lo abrazó, brindándole un hombro donde llorar.
La boca de riki se sentía como un candado, quería confesar todo, pero no la podía abrir. Y aunque lo hiciera, ni una palabra saldría de ella. Lo único que podía hacer era tratar de disfrutar del efímero momento y escuchar la relajante voz de esa persona tan especial, la cual, a su persepcion era un total meliflujo.Esa noche fue genuinamente inolvidable para el par. Por que a pesar de todo, pudieron conmfortarse el uno al otro. Por esa noche tuvieron de quien sostenerse. Por esa noche lo indeleble se volvió secundario, pero a su vez, lo principal tambien se volvió indeleble. El momento, la memoria, se volvió imborrable.
No se necesitaron palabras, ellos sabían que no tenían que entender todo. Pero entendían lo necesario. Sabían que tenían que estar ahí para el otro.En ese punto, hasta el más bajo derramaba lágrimas, hundiendoso rostro en el hombro del más alto.
-Estas empapado...-Habló riki, sintiendo su boca seca-¿precisas ropa?-.
-Si, porfavor-.
-Veni...-.Alvaro se alejo del cuerpo de su contrario, dejándole paso para que pudiera pararse. Observo como se dirigía al ropero y sacaba unas prendas. Luego se acercó y se las entregó.
-¿Donde era que estaba el baño?-.
-¿Enserió? ¿a estas alturas no sabes?-Rechistó-pasillo segunda puerta a la derecha-.Sin decir una palabra, se dirigió al baño y se cambió su ropa. La cual estaba empapada debido a la lluvia.
Mientras tanto, Riki se encontraba sentado en la cama, repasando y peocesando todos los acontecimientos que acababan de ocurrir. Una sonrisa se formó en su rostro, y todo dolor había desaparecido.
Ese era el extraño efecto que tenía el más bajo en Ricardo, y uno de los tantos factores que lo habían llevado a desarrollar esos sentimientos.
De repente, se sorprendió por el tacto de Avlaro. Que de alguna manera se había sentado a su lado sin que el se diera cuenta.