Prologo

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¿Quien soy, donde estoy?

Abro los ojos despasio, intentando acostumbrarme a la luz, que me ciega y me arde a la vista.

Estoy en una camilla de hospital, escucho vose... Que me gritan que me quede.

¿Qué susede?

Me pregunto una y otra ves, mientras que logro distinguir la situación.

Si estoy en un hospital, a mi alrededor están barios médicos. ¿Están corriendo? La camilla se mueve junto con ellos, y, esta mi madre a mi lado apretando mi mano.

— ¡hija porfavor no te vallas! –la escucho gritar mientras su vos se quiebra–

Aun tengo los ojos semi cerrados, la expresión de cada uno de los doctores, enfermeros y de todas las personas que me rodean.

Veo un cartel adelante...

Sala de cirugía

¿Cirugía? ¿Por qué me llevan a cirugía?

—señora a partir de aquí no puede pasar  –le dice un medico a mi madre–

—¡NO! ¡No volveré a dejar sola! –ella grita y veo como su figura queda atrás– ¡Hija! –escucho a lo lejos sus gritos–

Aun no entiendo que pasa, ¿donde estoy? Miro de reojo a la enfermera de mi isquirda ella nota que abri los ojos y grita:

—¡Esta consiente! –todos los doctores voltean a verme mientras me acomodan en la camilla de cirugía–

Siento un fuerte dolor en todo el cuerpo, e intento gritar. Pero no puedo no logro emitir ningun sonido, y mi rostro siento que no tiene nugun tipo de movimiento.

—¡Pónganle la enestesi y busquen un tanque de oxígeno! –unas cuantas enfermeras estaban paralizadas. ¿Por qué? No lo se– ¡Es ahora inútiles! –grito el doctor enfurecido– Tranquila niña estarás bien –me dice mirándome a los ojos y me sonrie– eso esperamos  –susurro pero, no lo oí, pero por su mala suerte y por la mía sabia leer labios–

Tengo miedo. No se que pasa y estoy asustada. ¿¡Qué pasa!?

Entran más doctores, enfermeros y demás a el salón. Me ponen un máscara y escucho sus voces susurra cosas.

— Todo estará bien –me dice el anterior doctor– empiecen administrar la anestesia. ¡ahora!

—empezamos. Uno, dos, tre...

No escuche más nada, mis ojos se cerraron y lo que escuchaba eran voces a lo lejos.

***

Desperte, con un fuerte dolor de cabeza. Abri mis ojos lentamente, no escuchaba nada, el lugar estaba en completo silencio.

Miro a mi derecha y veo una gran ventana, con vista a una laguna. Es una hermosa vista. Giro con lentitud mi cabeza hacia la izquierda y veo a mi madre, sentada leyendo unos papeles.

—Ma...

Ella volte con rapidez haci mi, habré los ojos como platos y se levantó con rapidez. Sus ojos se cristalización y comenzó a llorar.

Futuros sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora