Nerd = Playboy [Yizhan]

03

No podía distinguir claramente el rostro de aquel hombre, solo veía su semblante distorsionado. — No, gracias — respondí con una leve sonrisa mientras me alejaba de él, apartando su mano de mi cintura.

Sin embargo, noté que el hombre se enfadó y me tomó del brazo, acercándome aún más a él. Pude sentir su erección rozando mi cuerpo. — Vamos, cariño, sé que te gustará — susurró con voz lasciva.

Hice fuerza para liberarme de su agarre, pero fue en vano. Decidí entonces utilizar mis piernas y golpear su entrepierna. El hombre soltó un quejido de dolor ante el impacto en sus partes íntimas.

Lo miré con desdén, aunque en realidad no estaba en pleno juicio. El hombre, aún más enfurecido, intentó agarrarme del cabello, pero alguien se interpuso, sosteniendo con firmeza la muñeca de aquel pervertido.

— ¿Qué crees que estás haciendo? — el desconocido miró fríamente al hombre pervertido.

Observé cómo el hombre pervertido mostraba una expresión de miedo. — P-perdón... ¡No volverá a ocurrir! — balbuceó el pervertido, quien salió corriendo en cuanto fue liberado.

Aquel desconocido era alto y su mirada imponía respeto. Se volvió hacia mí. — ¿Qué haces aquí? Nunca imaginé encontrarte en un lugar como este. —

Moví la cabeza confundido. — ¿Me conoces? No sé quién eres — reí —. Te veo borroso.

El chico soltó una risa sarcástica. — Eso lo explica todo. ¿Por qué bebiste? ¿Te abandonaron o algo así? — Sentí cómo su mirada me escrutaba fríamente.

Hice un ligero puchero con los labios. — ¡Nadie me abandonó! Solo... quería olvidar mis problemas... y si tenía suerte... encontrar a un buen hombre... — Murmuré avergonzado.

El desconocido alzó una ceja. — ¿Un buen hombre? ¿Pensabas tener relaciones sexual es? —

Negué rápidamente y respondí a su pregunta con cierta duda. — No, no es eso... Solo quería ver si eso me haría olvidar por completo, ¿no dicen que el sexo es un gran remedio? —

El desconocido esbozó una sonrisa torcida. — Sí, es cierto. Pero deberías buscar en un lugar mejor. Aquí cualquiera podría aprovecharse de ti. —

— No soy un chico indefenso como para permitir que me toquen — dije con molestia —. Además, no es que me importe perder mi virginidad en este momento. —

El desconocido guardó silencio por unos segundos, tal vez pensando que era un tonto por venir a un lugar como ese. — Creo que eso es lo que haré. Será mejor que ser un ingenuo tan pulcro al que todos puedan manipular. —

— Ahora quieres perder tu virginidad... — rió en voz baja —. Bien, puedo ayudarte con eso. ¿Quieres? —

En ese momento, no sabía que estaba bromeando. Lo miré sorprendido y, al mismo tiempo, esperanzado.