♡⁠˖ 02: A Crazy Destiny

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«A Crazy Destiny»

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—Cuéntame, Jimin. ¿Cómo te has sentido estos días? ¿Hiciste los ejercicios de respiración que te recomendé? 

El omega soltó un suspiro y asintió. Aún con sus manos inquietas y temblorosas, tomó un sorbo del vaso con agua que estaba sobre el escritorio de su psicólogo, quien apuntaba todo en una libreta.

—Ayer salí con Taehyung —comentó—. Fuimos a comer y... obligado a ir al karaoke —una media sonrisa se dibujó en su rostro al recordar las payasadas que su amigo había hecho la noche anterior.

Yoongi soltó una risita. Cada que el omega hablaba sobre ese tal Taehyung, su lobo despertaba con curiosidad. De tan solo escuchar su nombre un cosquilleo en su pecho se instalaba.

—Me parece bien. Me dijiste que no salías de casa y eso es un gran avance —sonrió—. ¿Hay algo más que quieras contarme? 

Jimin se quedó unos minutos en silencio, pensando en qué decir. Y el alfa siempre esperaba pacientemente a que el rubiecito diga algo, no buscaba presionarlo, prefería ir a su ritmo. De hecho, han avanzado mucho a comparación de su primera sesión que fue un total mutismo por parte del omega. 

La primera vez que Jimin por fin dijo algo, se quebró al instante. Su lobo y él estaban muy dañados y, aunque, ahora no estaba completamente bien, habían mejorado. Las grietas de su corazón estaban sanando de una manera lenta, pero segura. La pérdida de su cachorro le había afectado física y psicológicamente, sobre todo esta última.

—Hace poco... mmm —habló indeciso en sus palabras—. Hace poco soñé con mi cachorrito.

El omega mordió sus labios insistente y bajó la mirada. Cada vez que lo mencionaba no podía evitar que sus ojos se cristalizaran. Por otro lado, Yoongi lo miraba compaciente. Sabía lo difícil que era para él hablar sobre ese tema.

—¿De qué trataba tu sueño? 

—Y-Yo... —Jimin cerró los ojos y respiró hondo. Tal como el alfa le había enseñado—. Yo... Solo estaba con él, lo tenía en mis brazos y... Todo se sintió tan real...

Yoongi acomodó el puente de sus lentes y siguió escribiendo mientras lo escuchaba.

—¿Me podrías decir cómo se sentía tu lobo?

—No lo sé... Triste, confundido.

—Mmm, bien —miró la hora en el reloj de su muñeca y se acomodó en su asiento—. Aún nos queda tiempo de sobra. ¿Prefieres que platiquemos un poco más? o ¿damos por terminada esta sesión?

Jimin lo pensó unos segundos y, antes de responder, soltó el aire que estaba conteniendo y se acomodó en el cómodo asiento. 

—Hyung —llamó la atención de Yoongi, este lo miró y escuchó atentamente—. ¿Está bien si quiero trabajar? Yo... no quiero estar encerrado en casa y pensé que tal vez... estaría bien si me distraigo haciendo otras cosas.

El alfa puso las manos sobre el escritorio y lo meditó un momento.

—Jimin, no es tan fácil —el lobito del omega bajó sus orejas triste. Yoongi pudo notarlo al ver su semblante—. La etapa por la que estás pasando quizá no te lo permita.

—Por favor... —susurró. Tal como un pequeño cachorrito.

Yoongi soltó un suspiro.

—¿Haz pensado en qué trabajarás?

Jimin negó.

—Te sugiero que sea algo tranquilo. No es bueno que vayas a hacer algo que te cause estrés. Si bien queremos que distraigas tu mente haciendo otras actividades, no queremos que vayas decayendo de nuevo, ¿verdad?

Jimin asintió.

—Bien. Pero como tu psicólogo, te recomiendo que lo pienses bien. Solo te estoy guiando, recuerda que eres tú el que pondrá de su parte para recuperarse —el omega asintió de nuevo. 

Yoongi sonrió y se levantó de su asiento al igual que Jimin. Lo acompañó hasta la salida de su consultorio para despedirse. 

—Nos vemos en la siguiente... —el alfa no pudo continuar. El aroma que se hizo presente hizo que su lobo se sacudiera de felicidad.

«¡Mi omega! ¡Encontramos a nuestro omega!»

—¿Taehyung? —preguntó Jimin, confundido al verlo perdido ante los ojos de su psicólogo.

El otro omega estaba con la boca abierta. Él también podía sentirlo. Podía sentir como su lobo aullaba y ronroneaba ante el llamado de aquel alfa.

«¡Alfa! ¡Alfa! ¡Alfa!»

—Omega... —murmuró Yoongi.

Taehyung al escucharlo entró en pánico. Lo único que hizo fue mirar a todos lados y tomar de la mano a su mejor amigo para llevárselo casi a rastras del consultorio del lindo psicólogo. Su destinado.

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Cuando ambos omegas habían llegado a la casa del rubio. Taehyung no podía dejar de dar vueltas en toda la sala de estar. Jimin lo miraba extraño con el ceño fruncido, no entendía su comportamiento. Es decir, estaba acostumbrado a la locura del castaño, pero nunca lo había visto de esa manera.

Le comenzaba a preocupar.

—Tae... 

—¡Es mi alfa! —gritó Taehyung, provocando que su amigo diera un brinco del susto—. ¡¿Qué hago?! —preguntó como si fuera lo más aterrador del mundo.

—¿Qué?

—Que ese psicólogo super sexy y tierno es mi alfa. ¡Mi alfa! —gritó una vez más. Se sentó a un lado de su amigo y lo abrazó como si de una almohada se tratara. Jimin se encogió ante el contacto, parecía una piedra—. Jiminnie, no estaba preparado. Todo fue muy rápido.

—Taehyung, me estás ahogando.

El omega dejó libre a su amigo. Tomó un cojín y se cubrió la cara.

—¿Por qué haces tanto lío por eso? ¿No te sientes feliz, Taehyungnnie? Tienes a un alfa, y te aseguro que es uno muy bueno.

—Pero no sé si yo seré un buen Omega —murmuró.

—Sí lo eres. Yo le hablo de ti y en lo mucho que me has ayudado.

Taehyung asomó sus ojos detrás de la almohada y se lanzó hacia Jimin para llenarle la cara de besos.

—Eres el mejor del mundo, Jiminnie.

—Tú lo eres más, Taehyungnnie.

—Tú lo eres más, Taehyungnnie

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⏰ Última actualización: Apr 11 ⏰

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