Fugitiva

¿Qué rayos hago con un vestido de novia?

Estoy mirándome en el espejo de la habitación  que se encuentra escondida en la parte de  arriba de la iglesia, son las 11:00 de la mañana y en menos de una hora me caso.

-Estás radiante - me dice mi madre mientras posa su mano sobre mi hombro, miro su rostro por el reflejo del espejo y la veo con una sonrisa que no le había visto desde el fallecimiento de mi abuelo.

-Mamá qué hacemos aquí? - me encuentro atónita, ¿Qué rayos hago con un vestido de novia?.

-Cariño, - se le borra la sonrisa- si no estás preparada, todavía estás a tiempo de decir que no pero parecías tan decidida, cómo se lo vamos a explicar a...

No logro escuchar el nombre de quien supongo es la persona con la que me voy a casar porque veo un ligero polvo rosa viniendo hacia a mi. Aparentemente mi madre no lo ve y tampoco logro decírselo pero ya da igual, no comprendo porque estaba confusa, claro que sé que hago aquí, me voy a casar con el amor de mi vida. Tan solo tengo 19 años, nos comprometimos a los 18, nos conocimos a los 15 y nos queremos  muchísimo, no puedo ser más feliz con él.

Me vuelvo a observar y me alegro tanto del diseño de mi vestido, me acuerdo que tuvimos una discusión en casa porque no me quería vestir completamente de blanco. Llevo un corsé color verde agua por encima de un vestido blanco con parte baja abultada y larga con una cola espectacular. En los brazos llevo unos guantes del color del corsé. Mi maquillaje es básico, máscara de pestañas y gloss.

-Irelyn, tenemos que irnos o vas a llegar tarde y ya se que "la novia llega tarde" pero no vayas a batir el récord - dice mi madre dirigiéndose hacia la puerta, cojo el ramo de tulipanes blancos que escogí en honor a mi mejor amigo ya que son sus preferidos (él estaba incluso más ilusionado que yo con los preparativos). Recuerdo que le pregunté "¿Por qué no llevo girasoles? que sé que también te gustan"  y su respuesta fue leerme lo que ponía en Google "El color blanco se suele asociar a la pureza y la paz, y en los tulipanes también representa estos dos mensajes, aparte de ser el color del amor y la bondad. Por ese motivo, el color blanco en los tulipanes se suele utilizar mucho en los ramos de novia, pues muestra elegancia y amor puro" . Seguidamente voy a encontrarme con mi padre en el pasillo.

Decidimos bajar las escaleras de la iglesia y parar en el 3° piso donde se encuentra el pasadizo secreto que únicamente conoce mi familia. El pasadizo lo creó mi bisabuela con ayuda de su padre en el año 1934, siempre tendré la incertidumbre de cómo lo crearon ya que parece imposible por la arquitectura de la iglesia pero cada vez que se lo pregunto a mis padres cambian de tema.

La salida nos lleva a un callejón poco transitado en el que  últimamente hay una camada de gatitos.

-Hija te quiero pero date prisa, llegamos media hora tarde, menos mal que tu suegro anda entreteniendo a todos con sus épicas aventuras que sinceramente a nadie le importan- me súplica mi padre mientras echamos a correr, madre mía no recordaba que llevaba tacones se me va a torcer el pie en cualquier momento y el suelo de piedras no ayuda.

Me agarro al brazo de mi padre y empiezo a subir las escaleras de fuera de la iglesia, los invitados y mi prometido se encuentran dentro. Cuando entramos y nos dirigimos hacia al altar miro a David, mi prometido, por un momento me recorre la sensación y pensamiento de que algo no va bien, no quiero casarme con él.

No entiendo por qué de repente mis sentimientos han cambiado pero siento como si hubiera lagunas en mis recuerdos de estos últimos días y mi instinto me pide que corra.

Mi padre me susurra algo que no llego a comprender, ya estoy en el altar mirando a David, no le quiero y no sabría decir por qué, tampoco me acuerdo de haber hablado de casarnos. "Irelyn respira" me digo a mi misma, "está claro que solo es un sueño, cásate que luego te despertarás y se lo contarás al David de verdad como anécdota graciosa".

Pero no parece en absoluto un sueño, es demasiado real.

-Sí, quiero -escucho decir a David y veo que nuestras manos están entrelazadas- amor, ¿estás en tu mundo, en un momento así? - me susurra y me pongo alerta, todo el mundo me está mirando expectante. Lo siento pero si solo es un sueño no importará que salga corriendo, ¿verdad?.

-Ehhh... - es lo único que sale de mi boca antes de salir huyendo.

Llevo corriendo hora y media, sigo sin recordar los fragmentos de mis recuerdos que están incompletos pero seguro que no es nada bueno, en cuanto salí de la iglesia me empezaron a perseguir los "amigos" de David gritando "no escaparas Irelyn, te volveremos a encontrar". ¿Volveremos?, santo cielo debo recordar de una vez que esta pasando. La parte positiva, si es que la hay, es que he conseguido despistarles al llegar al puente más cercano, me escondí debajo. 

Después de lo que me pareció una eternidad conseguí llegar a mi casa, cambiarme de ropa y coger rápidamente una mochila con imprescindibles antes de que se les ocurriera que estaba en mi hogar.  Cogí el coche familiar  y conduje hasta mi pueblo. Puedo asegurar que esto no es ningún sueño, he conseguido recordar durante el viaje que soy una bruja. Mientras estaba debajo del puente me miré las manos y no se veía absolutamente nada, ¡me había vuelto invisible!, casi me da un ataque de ansiedad cuando me oí decirme a mi misma en mi mente "tranquila eres una bruja y tu especialidad es hacerte invisible".

Necesito llegar al pueblo para alejarme lo máximo posible de David y sus "amigos" que yo llamaría más bien secuaces,  allí tengo ingredientes para poder hacer una poción  que me devuelva mis recuerdos.

*Una hora más tarde*

Al fin he conseguido llegar a la casa familiar que tenemos en el pueblo, nadie va nunca por allí, ni siquiera mis padres, así que dudo que vengan a buscarme en este lugar. De todas formas nada más abrir el portal y pasar con el coche, bajo de este y me dirijo de vuelta al portal. Lo cierro y acto seguido me arrodillo ante él con las manos posadas sobre la hierba, pronuncio el hechizo que innumerables veces le he oído pronunciar a mi abuela cuando me traía a escondidas "abscondere palam", es un hechizo de protección que hace que el resto del mundo incluidos los seres mágicos vean solo lo que la bruja o brujo que lo haya pronunciado quiera, en este caso he escogido un barranco. Creo que es una buena idea, ¿Quién sería tan necio como para ir a un barranco?, exacto, nadie.

Una vez hecho lo anterior, tengo una sensación de seguridad por lo que cojo la mochila que traje y entro a la casa. La casa fue construida por mis tatarabuelos hace ya muchísimos años, guarda muchos recuerdos de la historia mágica de la familia, fue aquí donde me enteré que soy bruja, me lo contó mi bisabuela, Miranda, cuando tan solo tenía 3 años que fue cuando me volví invisible jugando al escondite, valga la redundancia. Busco entre los estantes hasta que encuentro un bote con la siguiente etiqueta "memento" (recuerda), le quito el tapón y lo bebo de un trago, corro hacia el sofá y me tumbo porque sé lo que va pasar a continuación, me desmayo y todos los recuerdos vienen a mi mente como si de ver una serie se tratara.

*Nota de la autora*

Fin de este primer capítulo jejeje, espero que para todo aquel que lo lea le guste y resulte entretenido, si no es el caso, será totalmente comprensible y válido :)

Efectivamente, le he cambiado el nombre a la protagonista porque Irelyn me convence más (se lee así tal cual).