We fell in love in October || VMin au

Parte 2

Estaba una vez más sobre el techo de aquella casa, está vez solo, jugando con el cigarro entre mis manos, dudando en si encenderlo o no.

Escuché una voz gritando mi nombre a lo lejos, con evidente desespero, llevando mi vista hacia donde esa voz parecía provenir.

— Maldito idiota, ¿Por qué rayos no me contestabas? — Escuché la voz un tanto quebrada de Jimin una vez estuvo frente a la casa. A veces desearía que ese miedo en sus ojos no existiera.

— Lo dejé en casa en cuanto salí, lo siento, salí loco por alejarme —  Dije lo suficientemente algo para que me escuchase, alejándome del borde del techo.

— Quédate ahí por favor — Lo ví entrar a la casa, sabiendo que pronto estaría en el techo, a mi lado.

— De verdad, lo siento mucho por preocuparte — Susurré sintiendo como un nudo se formaba en mi garganta al hablar. Sentí al mayor abrazarme con algo de fuerza, sintiendo algo de humedad en mi hombro un rato después.

—  Tuve miedo de perderte, pensé que iban a matarte —  Su voz era solo un hilo entre sollozos y una profunda tristeza. Sabía que su miedo no era solo ese, pero también sabía cuánto él le dolía tocar ese otro tema.

— A ti también te fue muy mal, mimi — Mencioné mientras acariciaba su espalda con suavidad — No debí abrazarte así sabiendo como son ellos, es mi culpa, sabía que ellos podían pensar algo más — Entre más hablaba, más evidente era la ansiedad que estaba sintiendo.

— Taehyung, cálmate, mírame, ¿Si? — Era tan común sentir sus manos en mis mejillas, que a veces tenía hasta miedo de que algún día no las sintiera más — Estabas en medio de una crisis, en la calle, no iba a dejarte sufrir solo por lo que pensaran — En ocasiones fantaseaba con el destello que veía en sus ojos cuando lo tenía así de cerca — No me importa meterme en problemas por estar así contigo cuando me necesitas, yo mejor que nadie sé cuánto mal te causan tus papás todos y cada un de los días que estás en esa casa, no voy a dejarte aguantar todo eso solo — Eramos un mar de lágrimas en ese momento, para mí eran demasiadas cosas.

— Lo siento tanto, lindo — Logré soltar en un susurro entre mi llanto un largo rato después, me sentía bien por escuchar todas esas cosas de él, y a la vez mal, nada de lo que él decía había cambiado, pero si lo que causaban sus palabras en mi, dolía el tener que ocultar como sus palabras hacían aún más que antes el querer quedarme así lado, pero ya no como un amigo, quería que su amor fuera para mí, quería que sus ojos me miraran a mí de la manera que yo lo veía a él

— No hay nada de lo que te tengas que disculpar, bobo — Soltó con su voz suave y mucho más estable de lo que había pasado todo el rato desde que había llegado.  Ahí estaba otra vez ese brillo que creía ver en sus ojos, dolía, porque sentía que solo era parte de mi imaginación, ese brillo en sus ojos estaba solo en mi cabeza. Bajé la mirada y solo sentí un beso sobre mi frente un rato después, sintiendo mi cara arder horriblemente — Te ves tan chiquito — Le ví reír, era tan precioso y una tortura tan hermosa tenerle así de cerca, escuchar la ternura en su voz, ¿Cómo podía no enamorarme de él?

El tiempo pasaba rápido, estos casi cinco meses habían pasado desde aquella vez que me di cuenta de todo, habían sido un gran castigo, todo era una montaña rusa, lo único que tenía claro era que mi amor por Jimin era tan profundo, que nadie iba a poder nunca llenar su lugar si llegaba a irse, ni aunque lo intentara.