CPD: Colección de Poemas Divinos

EDAEM

Yo soy de pueblo.

Mis palabras penetran fortalezas y rompen escudos.

Estas líneas son de pueblo.

Mis versos hacen oír al sordo y hablar al mudo.

Puede que a tu alma en duelo

no conmuevan.

Puede que la dócil avecilla que toma vuelo

por ellos no se detenga.

Puede que quien esté sufriendo,

al leerlos, sí los entienda.

Puede que el sol mañanero,

al sentirlos, llore por una brisa nueva.

Puede que el mancebo de ojos negros,

al oírlos, piense en su alma gemela.

Puede que la muchacha de canos cabellos

los dedique a su fiel pareja.

Puede que el feroz dragón lanzafuego

deje en libertad a la rea princesa.

Puede que sí existan los cuentos

que antaño contaban nuestras abuelas.

Puede que, por cada uno de tus lamentos,

exista una fe etérea.

Puede que cada vez que te haga caer el sufrimiento

te levantes con más fuerza.

Puede que la melodía de este momento

haga florecer a las azucenas.

Puede que cada río viajero

esté formado por lágrimas lastimeras.

Puede que no haya minuto más férreo

que aquel en que uno se siente unido a un poema.

Puede que sea tan profundo ese sentimiento,

que supere al encantamiento de una sirena.

Puede que cada oración sea un recuerdo

que el viento al cielo lleva.

Puede que el humano entendimiento

cada vez sienta que Dios se eleva.

Puede que, al tocar un libro polvoriento,

en él queden nuestras huellas.

Puede que el amor verdadero

realmente atraviese todas las barreras.

Puede que la injusticia te dé besos

y tú alaridos devuelvas.

Puede que tus enemigos crean que son buenos

y tú la razón por poco pierdas.

Puede que urdan planes perversos

y el todopoderoso por ti interceda;

de modo que, cuando tengas tropiezos,

tus heridas él cure con paz y no con guerra.

Puede que al gélido y melancólico invierno

extrañes más que a la alegre primavera.

Puede que tú, ser que sobrevive hecho fragmentos,

en estos segundos descubras que tu vida es bella.

Escrito el: 01.07.10