❝Hongjoong el príncipe pirata sale en busca de una tripulación para enfrentarse a los responsables de la invasión a su pueblo. Emprende un gran viaje a los ocho reinos cercanos pidiendo que hagan una alianza para vencer a los malos y el mundo mágic...
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Era de madrugada, la brisa del océano golpeaba al pirata encargado la de guardia esa noche. varios jóvenes y adultos con espadas estaban en guardia cuidando su preciado reino, mientras los ciudadanos de este dormían tranquilamente.
El sol ya estaba saliendo por el Este, su reflejo se veía en el inmenso mar que rodeaba la isla. El señor tenia en su mano una farola que iluminaba su paso, la briza mañanera empezaba a sentirse. Los rayos del sol ya chocaban con la cara del pirata en guardia.
— Señor Im, ya es hora del cambio— un joven de no mas de 20 años se dirigio al guardia. — es mi turno de la guardia.
— Entendido, gracias — el señor ya ojeroso se retiro siguiendo una ruta algo escondida entre los grandes arboles y arbustos. llegando a la gran ciudad donde miles de puestos ya empezaban a trabajar, desde ventas de pescado, animales y pieles de estos.
Llego a la entrada un gran castillo que a pesar de tener una apariencia algo vieja se encontraba en buen estado. guardias por todos lados montados en caballos vigilando cualquier persona que se viera sospechosa.
—¡ABRAN LAS PUERTAS!— un pirata en caballo grito a los encargados de la entrada. En ese momento la gran reja que divida el pueblo del gran castillo empezo a rechinar avisando que estaba empezando a abrise.
El señor ingreso a un paso apurado, paso por el giganteos pasillo de la entrada a la sala principal donde se encontraba el gran trono del Rey pirata, donbde toda junta se realiza.
Se arrodillo despues de hacer una reverencia quitandose el sombrero y ponerlo en su pecho con la mano izquierda.
— Mi señor, vengo a avisarle de algo sospechos en las orillas del reino.— El señor ya mayor al rededor de unos cuarenta o cincuenta años de edad que se encontraba sentado en el gran trono mientras un gran tigre descansaba a sus derecha en el suelo. — Mientras yo vigilaba logre ver a lo lejos una botella, aquí tiene.
Le entrego una botella totalmente sellada de vidrio, donde adentro contenía un pergamino, a pasos lentos se acercó a su superior entregándole la botella en mano. El rey quien aún con cara sería lo observaba tomó la botella inspeccionándola con la mirada para luego gritar.
—¡LLAMEN AL CONSEJERO! — gritó, en ese momento dos piratas abandonaron la sala mientras el anciano abría la botella y abrir el papel que estaba enrollado en esta.
Un anciano que tenía un aspecto muy, pero muy viejo apareció por la gran puerta de a lado al pasar unos minutos, se posicionó enfrente del rey quien le entregó el pedazo de papel ya extendido.