Buenas Intenciones

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A las victimas de feminicidio


Todo comenzó un primer martes de abril en aquel restaurante. Supe que había muerto porque lo último que recordaba era haberme atascado con una espina de pescado, caer del asiento pasando a ser rodeado por los comensales que observaron mi asfixiante agonía como si se tratase de una barata función de circo, y ser asistido por una gorda que dijo conocer de primeros auxilios, pero cuya improvisada maniobra de liberar su peso contra mi pecho acabó por matarme con seguridad.

Tambien supe que había ascendido al cielo por tres razones: El esponjoso suelo blanco textura de nube; la sensación de pleno bienestar expedita de angustia que sentimos a veces hasta nada más que la niñez; y los ángeles alrededor, cuales extrañamente, aun vestidos de blanco y con alas, traían encima las cabezas no de gente sino de animales, siendo más comunes de ver los de bovinos, aves, ovejas y leones.

Fue precisamente un cinocéfalo celestial quien me confirmo de mi arribo al cielo, más sin querer especificarme sobre al cualcparaiso de todas las religiones era en que me encontraba, solo pidió mi calma y dirigirme a hacer la cola.

-¿Cola? ¿En el paraiso también hay colas?-pregunté, contestándoseme que <<sí>>, por tratarse ESTE del primer cielo, filtro para cruzar al segundo, asignado nirvana para las almas humanas.

Pero aun estando muerto, la curiosidad me mataba.

-¡Espera! Quisiera saber otras cosas. Ando muy confundido.

-No estás más confuso que el resto joven, ya te dije que este es el primer cielo, y nada más te basta por saber, que ya tendrás toda la eternidad para hablar con Dios sobre lo que quieras.

-¿Dios vive en el segundo cielo?

-Vive en todos lados y dentro de todo, pero reside especificamente en el tercero.

-¿Y como hago para llegar al tercer cielo?

-No puedes, es un plano muy elevado, y ya deja de ser tan curioso, que nisiquiera pasas del primer cielo y noto que LA MENTE te arrastra ir en pos de caminos peligrosos. Mucho cuidado con eso.

-Es que... nunca consideré que existiese una vida en el más allá... y menos aun merecerla.

-Es tu premio por haber tenido un buen corazón en la tierra, muchacho de buenas intenciones. Ahora vaya a hacer su cola.

Y como vi no era el único "muerto nuevo" azuzado por algún ángel a realizar mi cola, me uní a la más proxima, compuesta mayoritariamente por personas de mi nacionalidad, quizá, gracias a las perfectas gestiones de estos incorruptibles entes de dogma todavía desconocido pero que por lo mismo de sus rostros y maneras, imaginé nunca fueron humanos.<< Dicen que todos los perros van directo al cielo. Hoy creo que las especies son muchas más>> pensé, sin comprender muy bien todavía el motivo de las filas, pero muy cómodo de tener delante mio a una linda mujercita. De ojitos rasgados y vestir blanco, olia a quemado igual que el resto de personas que detrás de mí fueron llegando, por lo que sin notar emanar yo el mismo aroma, asumí: <<Qué como todos estos huelen a infierno a lo mejor a que es lo último que arrastramos del pecado original y la vida pasada, cosa que se vuelve hiper perceptible aquí, en el primer cielo>>, teoría propia que acrecente como verdad tranquilizante para mis nervios ( si los seguía teniendo) durante la larga espera, una espera tan larga como imposible de medir, porque de la boca de un ángel cara de burro, escuché responderle a la chica delante mio que esto no demoraría, y que si así lo notaba, era solo producto de su MENTE <<ya que en este lugar el tiempo no existe.>>

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⏰ Última actualización: Apr 23, 2023 ⏰

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