La noche sin ella (alternativo final)

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Te pedí que te quedaras, que me eligieras, que me amaras...pero aun así escogiste marcharte con él.

Aún no era hora de irse, de renunciar, pero sin importar lo que dijera, te rendiste. Fue duro escuchar esas palabras, jamás imagine que podían calarme tan hondo, penetrar tan dentro de mi que destruirían todo a su paso.

Te miro pero no te veo, ¿es que acaso todo fue una vil mentira, un maquiavélico plan para destrozarme por completo por pura diversión? Te habrás reído de lo lindo con él cada que yo te proclamaba amor. ¡Que estúpida fui!

Te tengo en frente y quiero decirte tantas cosas pero para qué, ¿cambiaria algo? Me duele el alma, el nudo en mi garganta no me deja respirar pero no volvería a darte la satisfacción de verme rota, de ver cuánto daño causaste en mi interior.

- ¿Por qué dejaste de amarme? ¿Verdaderamente lo hiciste en algún momento o fue solo un acto? -Estúpidamente necesitaba saber, qué era lo que él tenia para que lo eligieras.

-Claro que te amé, pero no sé en qué momento eso cambio.. Robin apareció y me enamoré, no lo hice a propósito pero hay cosas que no se pueden evitar-

-Me gustaría poder odiarte Regina pero hasta eso me quitaste, solamente dejaste un cuerpo vacío sin mas ganas de sentir algo que no sea amor por ti. Me duele darme cuenta la dimensión de mi equivocación al creer que mi sitio sería siempre a tu lado, por apostar por un amor que tenía la fragilidad de un cristal. Por creer en la promesa de aquella vez, donde juraste amarme y nunca abandonarme. Cuando te paraste en un altar y dijiste mirándome a los ojos que estarías en las buenas y en las malas, que sería para siempre- Dentro de mi ya no quedaba nada, solo vacío, la veía llorar y no podía creer lo que su corazón nos hizo a las dos, como eligió destruirnos.

-Entiéndeme Emma, no lo busque... solo pasó. No puedo fingir que no siento nada, se que te herí, se que tire años de matrimonio a la basura, se que fue mi culpa que a la primer pelea corriera a sus brazos pero no lo pude evitar- Mi pequeña Gina solo lloraba, como si eso hiciera alguna diferencia, como si su sufrimiento me hiciese sentir mejor.

-Ya esta Gina, pensé que habría algo que pudiera hacerme sentir mejor pero no es así, me destruiste, me quitaste algo que jamás podré recuperar. Pero deseo que seas feliz, porque ya eres libre. Sobre la mesa te deje los papeles del divorcio firmados, no quiero nada de ti, porque donde voy nada me llevaré.- Me acerque a la que por algunos años fue mi esposa, besé su mejilla y abandoné nuestro hogar, el cual dejo de sentirse como tal hace tiempo, con tan solo un bolso de mano. Oí a mis espaldas su llanto pero no impidió mi partida, ya no me amaba, no como yo lo hacía...ya no era mía, era de él, finalmente Robin había ganado.

¿Qué haces una vez que destrozan por completo tu ser? ¿El corazón verdaderamente sigue latiendo después de ser arrancado sin piedad alguna?

Pasé por una tienda de camino al hostal de la abuelita y compré dos botellas de vodka para adormecer mis penas, total, qué más daba.

Llegué al hostal, abrí la primer botella y comencé a beberme todo el dolor. Puse nuestra canción y mientras que sonaban los acordes de "Say you wont let go" permití que mis lagrimas cayeran. Recordé todos nuestros momentos, recordé los besos, las risas, la manera que teníamos de entregarnos a la otra, recordé cuando el amor no nos dejaba respirar por su intensidad, recordé cuando me amabas. Se terminó la primer botella y abrí la segunda, el dolor que sentía ya no me dejaba respirar, solo era un cuerpo vacío, me habías quitado todo Regina.

Decidí escribirte una carta, para que por lo menos tengas algún recuerdo de la persona que te amó hasta que ya no pudo más. Cayeron lágrimas sobre el papel pero es que no pude evitarlo, mi alma esta demasiado rota como para fingir que no. Firme la carta con amor y la puse sobre la mesa de luz.

NIGHTMAREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora