II
Goldenberg se presenta en la oficina de Julián.
Julián observa lo gordo que está y recuerda anécdotas de niños como cuando para comer helado gratis Goldenberg ponía moscas en el vaso.
Goldenberg le ofrece a Julián un negocio.
-Se trata , por el momento de que usted denuncie como auríferos unos terrenos que le indicare, ¡no se alarme! El oro vendrá después, yo prefiero extraer monedas, es mas sencillo y menos trabajo.
-¡Es claro! Un bolsillo en menos profundo que una mina.
-Mire Pardo, usted va ha sacer una buena comisión, no me importa si hay oro , me conformo con arena. Le explico- dijo Goldenberg incorporándose en su silla – este es el rio, aquí el yacimiento , la ciudad a este lado. No hay otro punto de donde sacar arena. O me compran o no edifican ¿ve el negocio?
- Muy bien, ¿ para que sirve el oro?
-Para justificar la concesión y el brillo atrae el capital de las alondras ( accionistas).- continua Goldenberg- usted tiene la merced y la vende en diez mil libres a un amigo mío, este la vende en veinte mil libres a la comunidad que tengo con el Sr. Batías, formamos la sociedad aurífera "El Tesoro", los accionistas nos compran a cuarenta mil, recibimos 20 al contado y el resto en acciones.
-Es que yo no conozco de negocios mineros.
-¿Teme a las especulaciones?, pues no especule; si no hay oro quiere decir que usted se ha equivocado ¿le van a hacer cargo por eso?
Julián no sabia que responder hasta que se le ocurrió una gran idea para salir del paso.
-Imposible, necesitaría consultarlo con mi socio.
Goldenberg no le creyó pero le aconsejo pensarlo y se retiró.
Julián molesto por su incredulidad escribe una carta para rechazar el negocio.
III
Julián frente al correo, piensa en su familia, en la difícil situación económica que están pasando, no sabe se hace lo correcto al rechazar la propuesta de Goldenberg, de repente las manos de Luis Alvear, quien le cuenta de sus enredos amoroso, es amante de la esposa de un banquero y tiene un hijo (el banquero jura que es de él) y no tiene un centavo en el bolsillo , pero es muy alegre.
-¿ Sabes quien me pregunto por ti? – pregunta Luis- Anita Velazco, esposa de Goldenberg , le preste un libro de poesía, te encuentra parecido a Amaro Nervo.
-No me conoce.
-Dijo que te vio absorto mirando un caballo muerto y te jugo una broma.
Julián le conto de la visita de Goldenberg , y que había enviado una carta rechazando el proyecto.
Alvear le ofrece un negocio y se van a celebrar a una cantina.