Duerme

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Me aferro a ti mientras nos sumimos juntos en la inconciencia, tus brazos me dan abrigo sin importar el frío de la noche.

Aquellas esféricas ventanas de mi utopía se encuentran cerradas pero tu rostro es tan bello que no puedo apartar mis ojos de los zurcos que trazan tus facciones.

Eres como un fénix dormido, esperando el amanecer para abrir de nuevo tus alas iluminando con tu presencia mis ojos que se apagarían para siempre si no pudieran contemplarte.

Te ves tan bello bajo La luz de la vela que acaricia suavemente tus contornos mientras tu mano reposa poderosa pero gentil sobre mi costado.

Y esque tus grandes manos de enorme fuerza y largos dedos siempre han buscado solo la manera de protegerme, y su toque suave sobre mi piel parece imposible.

Te ciernes sobre mí como un león cuando ves acercarse el cuchillo, escudandome con tu propio cuerpo y descubriendo tu corazón para que lo lastimen en lugar del mío.

Eres para mí todo lo innombrable, todo lo impronunciable; el simple hecho de mencionarte hace desbordar mis ojos de alegría.

No importa cuantos años pasen, o cuantas tempestades nos arrastren, yo siempre he de amarte mas cada día, nombrando con mis ojos la verdad infinita que contiene mi pecho.

Y sé que aún no lo sabes mi cielo, porque aún te preguntas por qué aún me acurruco en tu pecho por las noches.

También sé que el miedo te sigue cada día, miedo de llegar y que yo me haya ido...

Pero... ¿a donde iría sin mi hogar? Sin ti cualquier refugio es una cárcel y cualquier cobijo es un infierno.

Ten por seguro que aquí estaré cada día, esperando con ansias a que llegues a casa.

Ten por seguro que solo en tí buscaré cobijo, que solo tú serás mi abrigo...

Porque juntos lo somos todo, pero sin tí ya no quiero ser nada...

Ahora duerme mi cielo, que el mañana es incierto, descansa en mi pecho mi sol, yo velaré tus sueños.

Aquí estaré cuando el amanecer toque la ventana, para despertarte de nuevo con un beso.

Duerme mi cielo, descansa tus heridas, y no olvides nunca que yo te amo.

Cartas a mi esposoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora