Mediados de Otoño

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Respire hondo pues al parecer cada vez se me hacía más difícil con el frío que hacia parecía un invierno gélido y marchito.

Moví mi cabeza de un lado a otro  intentado quitar el aguacero que tenía encima de mi cabeza, había sido un día duro en el trabajo ya que los estudiantes estaban preparándose para los exámenes además de los nuevos libros que había que catalogar y para colmo no quería ahora un agarrar un resfriado.

Me quite mi ropa fría y mojada por mi pijama de gatito que compre porque se parecía a Panqueque el devorador de comida.

-!Mira Panqueque, soy como tu, un gatito lindo y glotón¡

La ironía es que ni yo era linda y nunca como apenas.

!No, pensamientos así no¡ que Panqueque se pone triste. Levante a mi gato en brazos y me acurruque junto a el en mi cama, leí por ahí que estar junto a alguien que quieres ayuda a combatir la tristeza.

Estaba destruida y sin fuerzas por el ambiente congelado y húmedo y con ojos cansados mire por la ventana para ver como es que la lluvia había parado, pero el ambiente se sentía como si el hielo que todavía no se había terminado de formar siguiera cayendo del cielo.

Me bajé de mi cama y fui a la cocina a por un té de melocotón, frío pero era lo único que tenía de ganas de comer y lo primero que comería en todo el día.

Sin verdaderamente muchas ganas empecé a beberlo, solo para vomitarlo automáticamente después en el suelo de madera.

Me agarré del estomago para continuar vomitando hasta la bilis y con más arcada sin nada en el estómago hasta que se canso.

¿Qué más quieres de mi cuerpo, que muera de hambre? Aunque en realidad no era ideo del todo horrible, !No, debo permanecer fuerte para Panqueque, se pondría muy triste!

Por suerte el material de limpieza no estaba lejos y quite la asquerosidad del suelo.

-Que asco que doy, si lo hubiera sabido ni tomo té.

-¿Pero como lo ibas a saber, si no sabes ni si va a llover?

-Lo sé, pero a veces simplemente me gustaría saber ciertas cosas.

-Todos queremos y el que dice que no miente.

-Es verdad, pero nada.

-Podrías ser un soldado en batalla, podrías estar muriendo de formas horribles y estás aquí quejándote de cosas simples, tienes casa, trabajo, un gato ¿Qué más quieres?

-Serotonina.

-Muy graciosa, pero eres una simple quejica inconforme.

-Lo siento. 

Mi mente tiene razón, debería parar.

Me senté en el suelo y empecé a llorar.

¿Por qué soy así, podría estar terriblemente mal todo y lloro por tonterías?

Es que eres tonta y encima se ha hecho de noche y no hemos hecho nada de lo que íbamos a hacer de productividad, esto si lo podrías haber evitado.

-Sigue siendo temprano, son solo las siete de la tarde.

-¿Qué vas a hacer ahora entonces, seguir llorando, niña inútil?

Esta vez no me respondí ni siquiera a mi misma, tenía razón, la casa estaba limpia y lo unico era darle de comer a mi gato.

Sin ganas, agarre la bolsa de comida, le puse en su cuenco y me fui a dormir.

Como deseaba ser una mariposa.



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⏰ Última actualización: Apr 24, 2023 ⏰

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