Will, un hombre lobo en Burgos

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Guillermo, "Will" para los amigos, se lavó la cara y se miró en el espejo intentando lucir lo más "badass" posible. Se frotó la barba que había dejado crecer durante su estancia en el hospital y al retirar el vendaje y acercarse, vio que en el lateral del cuello aún tenía esa marca, la brutal marca del mordisco. Por un momento, se quedó en shock. ¿Sería posible que el agresor fuera una bestia canina descomunal? ¿Qué fué, un pitbull enorme?

No recordaba bien lo que había sucedido: iba en su patinete eléctrico, una caída digna de un meme que seguramente algun transeunte grabaría, un fuerte golpe en la cabeza y un dolor en el cuello como la picadura de una avispa gigante. Y no, no estaba muerto, aunque esa fué su sensación. Una enfermera le contó en el hospital que no fueron avispas, sino un perro, tal vez un pastor alemán, pero no tenía más información, y que estuvise tranquilo, que estaba bien. A salvo. 

 Y ahí fue cuando, en lugar de preocuparse, Will comenzó a emocionarse. "Wow! me putoflipa! Si un perro me había mordido, tal vez hubiera algo más. ¿Y si me he convertido en un hombre lobo?". Siempre había tenido esa idea en la cabeza desde niño, desde pequeñito presentía que él era diferente y que un día sucedería algo, un cambio, algo increible, inesperado. "¿Era esta la señal? Ostias! Hubiese preferido vampiro, pero hombre lobo tampoco está nada mal, ¡cool!".

Sí, sí, ¡siii! Lo noto, lo siento, ¡seré un jodido hombre lobo!—dijo Will para sí y en voz alta sintiéndose ya como en un trailer épico de Netflix — No puedo ocultarlo más. Me duele la mordedura, pero ya siento el poder. Pronto me transformaré y tendré habilidades increíbles. ¡Seré muy grande! ¡Es PEC!(*) Me pagarán para ir a las discos y los realities... ¡si! ¡Fama asegurada! ¡Show me the money!

"JAJAJA, qué loco estoy", pensó Will, pero el hype seguía. Cogió su chaqueta y salió de casa: estaba alterado, nervioso, no sabía cómo manejar tantas emociones. Además, los días en el hospital no había fumado, y necesitaba algo urgentemente; hacía días que no tocaba un porro y sentía que explotaba. Quería calmarse y pensar.

Decidido a documentar su transformación para entender las implicaciones de su nueva realidad, sacó su teléfono y empezó a grabar un TikTok. "¡Hola, mundo! Soy Will y me estoy convirtiendo en hombre lobo. Sí, habéis oído bien. Un hombre lobo. ¿Creéis que me quedará bien el look de licántropo?", a lo que añadió algunos hastag: #hombrelobo #transformación #viral #werewolf #lycanthrope, y de paso se hizo un selfie mostrando sus afilados colmillos.

¡Voy a ser el puto amo de Burgos! —iba diciendo en el pasillo del rellano mientras encendía el porro — El primer hombre lobo influencer. ¡Full viral! Quizás hasta descubro que vengo de una familia de lobos... ¿Te imaginas? ¡Sería épico!

Subió el vídeo y se dispuso a esperar los likes y los comentarios.

Mientras tanto, salió a la calle y en el camino se topó con el perro de su vecino, un pastor belga negro precioso, que jubaga con un hueso de goma. 

Ese hueso es mío, bro —dijo al can, poniéndose en modo alfa —. No te lo mereces, no sabes lo que es ser un hombre lobo, ¡un superlobo! —El perro gruñó, como si le hubiera entendido. Will no se lo tomó como una amenaza, sino como un gesto de respeto —. Está bien, te lo dejo, pero solo porque tengo cosas importantes que hacer. — le susurró mientras le soplaba el humo del porro a través de la verja. El perro pareció toser.  Epic win.

Necesitaba contar su hazaña. Se dirigió a su bar favorito, donde solía compartir fiestas y trolear con sus amigos. 

—Bros!, tengo que contaros algo increíble. —anunció al entrar.

Sus amigos lo miraron con una mezcla de aburrimiento y curiosidad.

—No agobies bro! ¿Otra vez con tus historias de extraterrestres? —dijo Dani, su mejor amigo, sin dejar de mirar su móvil.

—No, esta vez es en serio. Me ha mordido un perro y creo que me estoy convirtiendo en un hombre lobo. —Will se sentó y mostró dramáticamente su cuello.— El perro media 2 metros por lo menos y tenia dientes de sable. 

Los demás se echaron a reír.

—Will, que te conocemos. No te afilaste los dientes como un vampiro cuando te dió aquel brote de alergia al sol. Mucho texto. — dijo uno de los chicos.

—Haz un Twitch y que voten si eres un lobo o un perro callejero, —sugirió otro amigo — que es lo más probable. — Y  de nuevo se echaron todos a reir.

Will sonrió. Quizás no sería el rey de Instagram y TikTok, pero al menos tendría un buen contenido para sus redes sociales.

El resto del día, Will lo pasó mirándose al espejo, obsesionado con su transformación. "Parece que tengo más barba, ¿no? Y los pelos de las orejas me han crecido". Se peinó la barba estilo hipster, se puso unos pantalones de cuero y se compró una camisa negra de botones. "Sí, esta tiene elastano, mejor para que no ceda al transformarme, que no la rompa como Hulk". Tenía que estar listo para lo que viniera. Cuando llegó la noche, hizo de todo para provocar su transformación. Era viernes noche, era luna llena, bueno, casi, la luna prácticamente era redonda, aunque faltaba un día para el plenilunio. No podía esperar más, tenía que intentarlo. Pero nada. Cero transformación. Se cansó y acabó knockeado en la cama durmiendo profundamente.

Al día siguiente, Will despertó aún más confundido. "¿Y si todo era una broma mental?". No lo sabía pero había algo dentro de él que le perturbaba. Necesitaba respuestas. Pidió urgentemente hora en el hospital, debía hablar con el médico.  Y no tardó en interrogar al doctor.

¿Cómo sé si me he convertido en hombre lobo? —preguntó Will, esperando una respuesta convincente.

Lo siento, señor Cornejuelo, pero eso es sólo un mito. No existen los hombres lobo—respondió el médico, con una sonrisa amable—. Además, si hubiera algo así, ya lo habríamos detectado. Tuvo Ud. la mala suerte de resbalar con el patinete, golpearse en la cabeza y que el Chihuahua que estaba a su vera se asustara y le mordió. No es una raza peligrosa, no tema.—Comentó el galeno tratando de tranquilizarle y explicando que la mordedura del perro era leve y que pronto podría hacer vida normal.

— Pero yo lo noto Doc, estoy más fuerte, me crece el bello en zonas que antes no tenía. Mire, mire — Will cogió su oreja por el lóbulo y se inclinó sobre el médico — ¡Lo ve! y el pecho también.  Will abrío su camisa ante la cara de desaire del médico  ¡Ah! Y las uñas, no has visto mis uñas — Will se acercó de nuevo al médico y mostró sus largas zarpas — Estoy transformándome doctor, ¡Pero es que no lo ve! — alzó la voz —¡Me estoy transformando en el lobo del cuento de Caperucita! Es obvio. — insistía mientras alzaba el antebrazo izquierdo y se arañaba con la mano derecha para resaltar la evidencia.

Don Guillermo, ¿toma Ud. minoxidil o algo similar para la caída del cabello? — Will negó con la cabeza — Bueno, mire, vamos a cambiar la medicación para la infección bacteriana que sufrió en el hospital que podría causar ese marcado crecimiento de las uñas, pero debemos tenerle en observación. Quizás debiera Ud. ingresar unos días en el hospital por su seguridad, quizás el golpe en el occipital haya sido más traumático que la mordida. Vamos a tramitar su ingreso señor Cornejuelo — sentenció el doctor.

Will se quedó callado, algo decepcionado. Y por momentos se detuvo a pensar, confuso. "¿Antes ha dicho chihuahua?... como que un chihuahua... no, no, no, eso no podía ser. ¿Una rata de chihuahua me ha mordido? Y ahora me quieres ingresar, ¿por qué?". Will permaneció callado unos minutos mientras el doctor seguía hablando a las paredes algo de no sé qué de efectos secundarios de determinados medicamentos que hacen crecer el bello y otros que potencian las uñas para así justificar todo lo que sucedia. "¡NOOO! ¡No, fuck! Este tipo piensa que estoy loco. No, no, no, callate Guilleromo o este medicucho te ingresa en un loquero"—se dijo.

Pero en su cabeza seguía pensando: "Soy un licántropo, un putoperro hombre lobo". Decidió fugarse del hospital esa misma noche. Lo intentaría de nuevo cuando la luna llena fuera completa, además ese mes era Luna Azul, toda una premonición divina. No había dudas, iba a ser Guillermo Cornejuelo: el hombre lobo de Burgos.

 Al escapar esa noche del hospital, Will se reencontró con Laika, su fiel compañera de piso, una preciosa Yorkshire. Sus vidas no volverían a ser lo mismo.

"Burgos la nuit, prepárate... ¡¡Auuuuhhhh!!"

5 relatos breves de terror para NO dormir ...de tanto Reir!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora