2. La Broma del Sótano

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Después de algunas semanas de adaptarse a la vida en Hogwarts, como, familiarizarse con muchas cosas, entender la manera en la que las escaleras se mueven, comprender sus horarios y sumergirse entre los pasillos, la ubicación de las aulas, el Gran Comedor, la biblioteca, la enfermería y otros lugares en el castillo.

También debían aprender sobre las distintas asignaturas que se impartían en Hogwarts, como Defensa contra las Artes Oscuras, Pociones, Encantamientos, Herbología, Historia de la Magia y Adivinación, entre otras. Además, debían conocer las reglas y normas de la escuela, como el toque de queda, las restricciones de uso de magia fuera de las aulas y los castigos por infringir las normas. También debían familiarizarse con el sistema de casas de Hogwarts y sus respectivos valores y tradiciones.

Pero para nuestros queridos Merodeadores, ellos ya tendrían algo más en mente: su primera gran broma.

En la mente de James algo parecía estarse construyendo o creando.
James había tenido una idea brillante: gastarle una broma a Severus Snape, a aquel joven, siempre antipático y sabelotodo estudiante de Slytherin. Era un blanco perfecto, pues Snape siempre había sido el enemigo número uno. La pregunta era cómo hacerlo. Sabían que Snape era muy cuidadoso y no iba a ser fácil sorprenderlo. Pero James y Sirius tenían un plan.

- Chicos, ¿qué les parece si llenamos el sótano de Snape con confeti y gelatina? - preguntó James a sus amigos.

- ¡Es una idea genial! -respondió Sirius emocionado-. Y así, cuando entre en el sótano, se caerá y se llenará de confeti y gelatina. ¡Será épico!

Los Merodeadores decidieron que esa era la mejor idea que habían escuchado en mucho tiempo. Pero para llevarla a cabo, necesitaban ser cuidadosos y astutos, para que nadie los viera. No podían arriesgarse a que su broma saliera mal y los castigaran. Así que planearon cada detalle. Decidieron hacerlo durante una de las reuniones de Snape con el Profesor Dumbledore, para asegurarse de que Snape estaría en una reunión y no se daría cuenta de lo que estaban haciendo.

La noche en que llevaron a cabo su plan, los Merodeadores se deslizaron cuidadosamente por los pasillos de Hogwarts con sigilo y rapidez. Llegaron al sótano de Snape sin ser detectados. Allí, comenzaron a esparcir el confeti por todas partes. También habían traído un montón de gelatina, que esparcieron por todo el suelo del sótano. Cuando terminaron, los Merodeadores se miraron con satisfacción.

- Bueno, chicos, creo que hemos hecho un trabajo excelente - dijo James con una sonrisa.- Ahora, sólo tenemos que esperar a que Snape entre al sótano.

Y para su suerte no tuvieron que esperar mucho tiempo. Un rato después, Snape llegó al sótano. Cuando este abrió la puerta, el confeti y la gelatina lo recibieron de inmediato. Snape perdió el equilibrio y cayó al suelo, quedando cubierto por completo de confeti y gelatina. Los Merodeadores no podían dejar de reír.

- ¡Lo hicimos! - dijo Sirius con una sonrisa triunfal. - No podríamos haberlo hecho mejor.

Los Merodeadores abandonaron el sótano, felices por el éxito de su broma. Pero pronto descubrieron que sus acciones podían tener consecuencias imprevistas.

Los días siguientes transcurrieron con normalidad en Hogwarts, hasta que una mañana, los Merodeadores descubrieron que alguien había filtrado la broma que habían gastado a Snape unos días atrás y la noticia se había extendido rápidamente por toda la escuela y la mayoría de los estudiantes se reían de la broma. Pero también habían causado daños al sótano de Snape, quien se había quejado ante el Director, Albus Dumbledore.

Los Merodeadores sabían que habían metido la pata y que debían asumir las consecuencias de sus acciones. Sabían que Snape era capaz de hacer cualquier cosa para vengarse, y temían que pudiera hacer algo malo en respuesta a su broma. Así que decidieron disculparse con Snape y ofrecerse a ayudarle a limpiar el sótano.

Fue difícil en un principio para ellos el tratar de conseguir hablar con Snape ya que había una enemistad, pero los Merodeadores lograron convencer a Snape de que estaban arrepentidos. También se ofrecieron a pagar por los daños causados y prometieron no volver a molestarlo. Snape, a regañadientes, aceptó la disculpa y la oferta de ayuda, y los Merodeadores trabajaron duro para limpiar el sótano.

Sin embargo, aunque Snape parecía haber perdonado a los Merodeadores, algo había cambiado en él después de la broma. Se volvió aún más desagradable y antipático que antes, y comenzó a tener un comportamiento extraño en clase. Los estudiantes comenzaron a notar que su comportamiento había cambiado, y muchos se preguntaban si la broma de los Merodeadores había tenido algo que ver con ello.

Los Merodeadores se sentían mal por lo que habían hecho y comenzaron a arrepentirse de su broma. Sabían que habían causado daño a Snape y que habían contribuido a empeorar su situación en la escuela. Por lo tanto, decidieron que era hora de cambiar su comportamiento y tratar de hacer algo bueno para la escuela y sus compañeros.Si bien seguirían con la bromas, aunque se propusieron que ya no fueran tan pesadas.

Así de esta forma, los Merodeadores comenzaron a trabajar juntos en proyectos para mejorar Hogwarts y hacerla un lugar mejor para todos los estudiantes. A través de su trabajo duro y dedicación, ganaron el respeto de sus compañeros y la admiración de los profesores. Y aunque nunca olvidarían la broma que le habían gastado a Snape.

Pero Snape, se lleno de resentimiento por la broma del sótano, albergaba pensamientos de venganza en su corazón. No obstante, sabía que no podía llevar a cabo su plan solo. Afortunadamente, encontró aliados en aquellos de su propia casa que tampoco soportaban a los merodeadores y estaban dispuestos a ayudarlo en su búsqueda de retribución. Entre ellos se encontraban Bellatrix Lestrange, Lucius Malfoy y Regulus Black, quienes compartían su deseo de ver a los merodeadores pagar por sus acciones.

Con la determinación de Snape y el apoyo de sus aliados Slytherin, se formó una conspiración en las sombras. Planeaban una venganza meticulosa y calculada, diseñada para humillar y avergonzar a los merodeadores de la manera más impactante posible. Cada uno de los aliados tenía habilidades y recursos únicos que contribuirían al éxito.

Sin embargo, Narcissa, se opuso fervientemente a la idea de tomar venganza. No podía soportar la idea de que se involucraran en actos de maldad y odio. A pesar de su vínculo con Snape, Narcissa optó por seguir su propio sentido de la moralidad y no participar en la venganza.

Esta división entre los aliados no desalentó a Snape ni a los demás. Aunque su grupo se redujo, seguían firmes en su objetivo. Compartían la creencia de que los merodeadores merecían un castigo por su cruel broma y estaban dispuestos a hacer lo que fuera necesario para lograrlo. Juntos, Snape, Bellatrix, Lucius y Regulus se prepararon para llevar a cabo su venganza, sabiendo que no solo estaba en juego su deseo de justicia personal, sino también el orgullo y el honor de la casa Slytherin.

Los MerodeadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora