𝗟𝗔𝗕𝗬𝗥𝗜𝗡𝗧𝗛
-GRAN HERMANO
❞oh no, i'm falling in love again❞
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𝗘𝗡 𝗗𝗢𝗡𝗗𝗘 Sabrina entra a la casa más famosa del mundo con el objetivo de ganar. Pero sus planes se ven afectados cuando un salteño con lindos ojos irrumpe e...
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labyrinth extra ten, sparks fly
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MARCOS
El salteño se encontraba saliendo de la pileta luego de darse un chapuzón en esta, dado a que el día estaba bastante caluroso. Últimamente las mañanas y tardes eran pesadas, mientras que en la noche refrescaba por completo.
Marcos era de los pocos despiertos en este momento. Eran las once de la mañana y la mayoría de la casa estaba durmiendo, excepto por algunas personas que se habían levantado temprano.
Los nominados de esta semana eran Sofia, Mauro, Delfina y Maia. Los tres primeros eran parte del mismo grupo, los monitos 2.0, por lo que los votos de la mayoría de la casa se dividieron hacia ellos. Mientras que, aunque ellos no lo sabían, Maia había caído en placa únicamente por los votos de este mismo grupo. Querían meter a Guille también, pero no habían logrado juntar la cantidad de votos necesarios.
Sinceramente Marcos no se había hecho cercano a ninguno de los nominados. Pero tampoco iba a mentir. Él se daba cuenta de que Sofia estaba intentando acercarse a él todo el tiempo. Le recordaba a Camila en su momento, quien siempre estaba detrás de él cuando estaban en la casa.
El salteño no estaba para nada interesado en Sofia, seguía las conversaciones con ella solo por una cuestión de respeto. No iba a dejarla hablando sola e irse.
Marcos estaba totalmente interesado en Sabrina, y eso no era sorpresa de nadie. Por eso cuando esté se encontraba hablando con Sofia, varias veces pudo ver que Sabri los observaba de lejos y pocos minutos después, esta se iba del lugar donde estén. Lo único que Marcos quería es que su ex novia no malinterprete las cosas. Sus ojos eran solo para ella.
Volviendo al presente, el morocho se sentó en los escalones de la pileta acomodándose su pelo mojado, el cual estaba un poco despeinado.
—Que onda, Marquitos—Nacho llamó la atención del salteño, quien se dio rápidamente la vuelta y pudo ver al rubio acercándose
—Hola, Nachito—Marcos le dio una sonrisa a medias
—¿Que haces acá solo?—Nacho lo observo sentándose a su lado en los escalones
