Carta número cuarenta y tres

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Querido:

A veces las personas tendemos a aferrarnos de las cosas... De las personas... Tendemos a aferrarnos tanto, al grado de no querer nunca soltarlos... Y creo que es lo peor... Siento que es lo peor, ya que a la hora de tener que soltarlos es algo fuerte, algo inevitable, algo doloroso. Y algo que nunca querremos admitir que tendría que pasar tarde o temprano.

-An

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