Jaejun yacía estupefacto mirando la carta que le habían llegado, sintiendo sus manos temblar.
"¿Te libraste de un peso? Llegué de los muertos, ahora tu paga tu pecado"
Jaejun no podía saber con certeza quién rayos era, pero pronto lo descubriría.
—No se quien mierda seas, pero pronto lo sabré—Dijo Jaejun apretando los puños.
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Nayeon yacía mirando la revista, viendo cómo Yeojin seguía su asquerosa vida de en sueño.
—Pronto se te borrará esa estúpida sonrisa, yo haré eso posible—Decía ella quemando la revista, mirando todo con asco.
Nayeon sonreía como si fuera una psicópata, planeando todo desde el principio hasta el final.
Todo ocurriría como ella lo quería.
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Sunho yacía incómodo con la presencia de su padre mientras que Minji yacia mirando hacia el suelo.
—¿Cómo les va en sus estudios?—Dijo Doyeong, llamando la atención de ambos.
Minji levantó su mirar, esta ya no mostraba el mismo brillo en sus ojos, ahora lo miraban con decepción. Sin algún brillo o cariño.
—¿A usted que le importa?—Dijo Sunho siendo grosero.
Minji bajó la mirada ahogando una carcajada, no sería bueno, para nada.
—Sunho, respetame—Dijo Doyeong con el ceño fruncido.
El menor rodeo los ojos, estando irritado.
—Arruinaste todos los planes que tenía con mi padre—Dijo Sunho.
Minji abrazo el conejo de peluche que Jin le había comprado.
—¿Tu padre?—Dijo Doyeong ofendido—Si hablas por el amiguito de tu madre estas equivocado, ese hombre no es tu padre. Sunho, yo soy tu padre lo quieras o no—Dijo Doyeong señalandolo de forma regañado.
Sunho soltó un bufido mientras cruzaba sus brazos, haciendo un puchero enojado.
—Quiero ir a casa—Fue donde habló Minji, estando incomoda.
—Quiero cenar con ustedes, son mis hijos—Dijo Doyeong mirando a la menor.
Minji se removió incomoda.
—Doyeong, quiero ir a casa, papá Jin nos prometió que nos llevaría al cine—Dijo Minji.
Doyeong frunció el ceño ante lo que su hija dijo.
—¿Por qué me hablas por mí nombre? Minji, debes llamarme "papá" no por mi nombre—Dijo Doyeong, acariciando los castaños cabellos de la menor.
Minji ante el tacto, hizo su cabeza para atrás así haciendo que el mayor quitara la mano de la cabeza de su hija.
—No eres mi padre, de hecho, usted no es nada mío. ¿No es así? Oye, deja que dejarnos a vista mala. Doyeong, desearía que mamá nunca lo haya conocido, no me importa no haber nacido, porque primero está la felicidad de mi madre—Dijo ella, levantándose para salir del restaurante.
Sunho golpeó la mesa haciendo que la gente volteara.
—Mira lo que hizo, tonto, tonto. Mi papá se las verá con usted, y no nos busque de nuevo porque sino sacare al señor bigotes para que lo muerda—Dijo el mejor señalandolo.
Salió corriendo del lugar, corriendo mientras reía con orgullo.
Doyeong sentía su corazón quebrarse, sus dos hijos le tienen rencor, y es con mucha razón.
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Jaejun yacía moviendo su pierna con nerviosismo, mirando hacia todos lados, estando en Siesta.
Su corazón dejó de latir por un momento al ver a una joven chica, cabello delicado y suave a la vista.
Pero su sonrisa se borró al ver su rostro, muy conocido, y muy parecido a una difunta.
~Ahora paga tu pecado~
Esas palabras recorrían por su mente, volvió a mirarla.
Se levantó, haciendo una seña hacia Gyeong-Ran que no la atendiera.——Vaya, no pensé que su tienda fuera una porquería——Dijo Nayeon, volteando su mirada.
Jaejun yacía a unos pasos lejos de ella, mirándola con atención y al fondo de su cuerpo, mirándola con miedo.
Nayeon sonrió al ver que lo había dejado sin palabras.
——¿Que sucede? Pero que sorpresa, una perra traicionera trabajando para un bueno para nada——Dijo ella borrando su sonrisa, poniendo su rostro serio mientras abría las de lo normal sus ojos.
Jaejun frunció el ceño, acercándose a ella para agarrar su brazo con fuerza.
——¿Quién mierda se cree para venir a insultar mi tienda, eh?——Dijo el mirándola con fulmino, bajando su mirada a los labios rosados de Nayeon.
Está sonrió en son de coqueteo, puso su mano no sostenida en el pecho de Jaejun, haciendo que el entre abriera sus labios mirándola con tentación.
Gyeong-Ran yacía con la mirada gacha, sabiendo que quien se trataba.
Nayeon bajó su mano con lentitud hacia la mano de Jaejun que sostenía el brazo de ella, apretó su agarre encajando sus uñas en su muñeca, haciéndolo retroceder quitando su mano.
Está sonrió con maldad, con perversidad y con fulmino.
——¿No me reconoces? Vemos que tu daltonismo no te permite recordar——Dijo Nayeon con burla——Paga tu pecado——Dijo ella con lentitud, arrastrando las palabras.
Jaejun alzó su vista, sintiendo la sangre caer a gotas. El pánico en el rostro de Jaejun, viendo como esta reía a carcajadas.
Nayeon reía con amargura, había parado de reír.
——Sigues decepcionandome, tan imbécil de adolescente, tan bastardo de adulto——Dijo ella.Jaejun se quiso acercar pero ella había avanzado un paso.
——No te tengo miedo Jeon, nunca te tuve miedo. Pero te dije, algún momento dije que me vengaria de cada uno de ustedes, gozando su sufrimiento. Pobre cordero, tu mismo acabaste contigo desde el momento que me elegiste para usarme como un pobre zapato——Dijo ella, fingiendo tristeza.
Jaejun no hablaba, la miraba con pánico.
——Pero mirate, teniendo pánico. Por dios, me das tanto asco. ¿Que creíste? ¿Enserio creíste que acabaste conmigo?——Ella lo dijo acercándose con lentitud hacia el.
——Nos vemos, por cierto, cuida eso antes de que mi veneno te mate——Dijo Nayeon con burla, saliendo de la tienda.
Esa pelea no acabaría, ella quiere verlo muerto.