Extra

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[narración]



Algo que Isabel siempre escondió es que desde la muerte de su hermana, Emma se le aparecía en sueños.

Al principio no podía creer que era real, por más que su hermana le repitiera una y otra vez que ella estaba allí.

La muerte de Emma Myers no podría haber sido más brutal: Un accidente en la noche donde un camión le destrozó casi todos los huesos del cuerpo, su muerte no fue instantánea, agonizó un par de minutos hasta morir; para posteriormente atormentar a su hermana en sueños, como el fantasma de la joven alegre que era.

Y la menor usaba esa palabra, "atormentar" aunque lo que hacía Emma la mayoría del tiempo era pedir regresar con Sarah, o hablaba de ella, de su relación y de que debería haber sido un poco menos exagerada en esa última discusión.

Isabel nunca supo porqué su hermana la eligió a ella, entre todas las personas para comunicarse con el mundo de los vivos, pero allí la tenía, en sus sueños, todas las noches, contándole cosas que eran reales y que sólo confirmaban que era en verdad, la mismísima Emma Myers.

Isabel no tenía contacto con su hermana o con Sarah desde el día en que se habían presentado como una pareja, ya que no era algo con lo que estuviera de acuerdo, por eso le parecía raro que su hermana haya vuelto con ella.

Suponía que eso que dicen en las películas, de que los fantasmas se quedaban en la tierra cuando tenían "algo pendiente" era la razón de todo eso, y al principio creyó que era hacer las pases con su hermana.

Estaba equivocada.

Todo se fue a la mierda cuando Isabel encontró el celular de su hermana, y ni bien lo tomó, por primera vez, Emma le habló estando ella despierta.

Al principio fue raro. Muy raro, pero ya que se comunicaba con su hermana muerta por sueño... Eso no era muy diferente.

Al escuchar la voz de Sarah, Emma quiso responderle, pero Isabel no la dejó.

Eso no le gustó mucho a Emma, quien se podría decir que si comenzó a "atormentarla": movía las cosas de la casa, abría las puertas y llegaba a susurrarle al oído que debía hablar con Sarah.

Ella era la más afectada por el fantasma de la joven, pero su madre se asustaba muchísimo cuando las cosas parecían tener vida propia y llegó a irse de la casa hacia un hotel.

Fue cuando Isabel dijo que era suficiente.

La menor quiso encargarse de que Sarah no mandara mensajes de voz a la casilla, para no tener a su hermana en la cabeza y en su casa, aunque no sirvió.

No logró convencer a Sarah de dejar de llamar.

Incluso luego de borrar el número de Emma Myers del mundo, ella no la dejaba en paz.

Fue en los últimos mensajes que Sarah le dejó, que en serio se sintió mal por ella, Emma había comenzado a llorar y a rogarle que la ayudara, y aunque su hermana no lo hubiera pedido con todo su corazón que hiciera algo por la chica, Isabel la hubiera ayudado igual, por simple humanidad.

Emma la obligaba a llamar a Sarah, a cuidarla, fue quien le pasó la dirección de su departamento, la que le dijo de su comida favorita y el número de su psicólogo.

Porque Isabel simpre le mentía cada vez que decía conseguir algo nuevo de su vida, en verdad, era Emma quien le decía todo.

Se le complicaba cuando hablaba en tiempo presente de su hermana, porque para ella, Emma estaba muy lejos de estar muerta.

Porque bien, no era fácil de entender, ni de explicar, para otros, Isabel podría estar totalmente loca, y no quería que se supiera.

Le llevó las pastillas, le limpió el departamento y le dió de comer, todo a pedido y orden de Emma, hablando sin descanso en su cabeza.

Estando con Sarah, Emma también estaba presente, y muy feliz.

Por una vez, Isabel se sintió como una buena hermana, le gustaba esa sensación.

Incluso ese beso, fue por orden de Emma, su hermana quería sentir los labios de su amada una vez más, aunque sea por una tercera.

Isabel estaba más que avergonzada al respecto y le había gritado de todo incluso con Sarah a su lado, a ella no le gustaban las mujeres y Sarah no era la excepción, por más que su opinión al respecto de la homosexuales había cambiado un poco al cuidar a la depresiva y débil Sarah, entendía que era una persona, como ella, pero destrozada; eso no la hacía lesbiana y no pudo evitar sentir asco.

Sarah era una pobre chica con el corazón roto por un terrible accidente del cual se culpaba todo el tiempo.

Aunque después de ese beso Isabel quiso que la tierra se la tragara.

Todo fue muy rápido después.

Sarah dejó un mensaje de voz en su celular, una llamada que había visto pero no había querido atender a propósito, y había hablado con tanta tranquilidad que no se había dado cuenta del mensaje principal.

Sarah se suicidó con una sobredosis de pastillas, cuando la encontraron ya no había nada que hacer.

Aunque el cómo la encontraron también la involucraba en mayor medida.

Emma había hablado por última vez:

"Sarah ya está conmigo, gracias, hermana"

Y luego simplemente se había ido.

Eso la había hecho reaccionar.

Fue ella quien corrió hasta el departamento de la chica, nadie le había abierto y había tenido que llamar a la policía, para encontrarla sin vida en el fondo de la bañera, cargada hasta sobrepasarse de agua, con el frasco de pastillas a un lado.

Lloró sin sentido.

Podía estar feliz.

Al final Emma y Sarah estaban juntas.


Voicemail--[Emma Myers] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora