Voicemail--[Emma Myers]

Extra 2

[Narración]

Sarah se dejó sumergir entre el sueño y el agua cargada de la tina, cerrando los ojos de este mundo para enfrentarse a una eternidad oscura, sintió frío y sus vellos se erizaron mientras en su interior sentía miedo, aunque no supo de qué, dejó que la luz apareciera de nuevo, hasta ser rodeada completamente por esta, se vió ahora en una infinidad blanca y luminosa, sus ojos recorrieron todo el vacío, sus pies retrocedieron y avanzaron mientras se sentía perdida buscando algo en aquella nada.

En su mente, sólo pudo pensar en encontrar a Emma, había echo aquello para poder, de una vez por todas, salir del infierno de la culpa y la soledad, y estaba entrando en pánico de que todo aquello había sido en vano y que terminara sintiéndose igual sólo que en la eternidad del más allá o donde sea que estuviese.

- Sarah...

Se volteó quizás demasiado rápido, porque casi cae al suelo, pero sus ojos se volvieron a encontrar después de lo que parecieron siglos.

La castaña tiene lágrimas en los ojos y no puede evitar comenzar a llorar, negando, y la de cabello oscuro sólo puede ir corriendo a ella para abrazarla, las piernas de ambas son débiles y terminan arrodilladas, mientras sollozos y lágrimas se combinan en su tembloroso abrazo.

- Lo siento, Emma- murmuro, entre llanto-. Lo siento por discutir, lo siento por no ir tras de ti, lo siento por tener celos de-

- No tienes que estar aquí- la interrumpió la mayor-... Sarah tienes que disfrutar la vida, no tenías que seguirme, eres una idiota.

Sarah apretó sus labios, se sintió molesta, se separó de ella para mirarla a los ojos, con las manos apretadas sobre los hombros de su novia.

- No puedo... No puedo sin ti, Emma, ¿No ves que ya no puedo vivir? Estar sóla a pesar que estoy con alguien a mí lado, sentirme culpable por no pedirte disculpas, por no hacer algo bien con lo único bueno que tenía en la vida... Estaba muerta en vida - lágrimas corrían por sus mejillas de forma acumulada-. Y todo se va a la mierda y me siento cada vez peor cada vez que respiro y nadie puede evitarlo... Porque la única que podía eras tú y ya no tenía a nadie.

Emma sollozo, acercó sus manos al rostro de Sarah, acarició sus mejillas, la menor lloró sobre sus manos también.

- Yo lo intenté... Intenté no dejarte, yo estaba ahí, ¿No te diste cuenta?

Sarah hizo una pausa para recordar, buscó en los ojos de su amada la respuesta.

- Isabel...

Emma asintió con ganas.

- Sólo ella me escuchaba... Pero estuve allí, estuve contigo, no me veías, ella sí... La usé para cuidarte aunque al principio no fue fácil... Ya lo tenía, Sarah, creí que te estaba salvando, Isa también lo creía... - Sollozó-. Y no tendrías que haberlo hecho, Sally...

- Emmy... Soy egoísta, pienso por mí misma, y... Por más que te esforzaras yo no iba a ser feliz... Nunca volvería a ser feliz sin ti, a mí lado... Y me perdí, me perdí entre toda la soledad y la culpa y la melancolía y ya nadie podría encontrarme, ni un psicólogo, y tampoco Isabel mandada por ti... Porque te necesito, no quería volver a ser lo que era antes de ti, no puedo soportarlo.

Emma negó, seguía sin estar de acuerdo.

- Por favor, Emma... Respeta la decisión que tome- suplicó, acercó su rostro al de ella, sus narices se acariciaron con suavidad-. Quería algo de felicidad y no lo iba a encontrar en vida... Porque ya no estabas, déjame estar contigo, es lo único que quiero- y juntó sus labios de nuevo, después de tanto dolor y espera, encajaban perfectos como siempre habían sido, y la mayor correspondió con melancolía y lentitud dolosa, mientras sus lágrimas se mezclaban con sus labios en un beso mucho más amargo del que Sarah hubiera imaginado, así que cortó el reencuentro para mirarlo con súplica-. Por favor, Emma, ámame a pesar de lo que he hecho...

Emma la miró y dudó unos segundos, al final, tomó la manga, de sus blancos ropajes, limpió el rostro de su novia, para luego hacer lo mismo con el suyo, asintió ligeramente y su sonrisa apareció.

- Si estás aquí entonces... Es porque ya no hay nada que hacer, Sally- murmuró-. Entonces... Te amo igual, Sarah.

Y la menor sonrió, sonrió ampliamente como no lo había echo en todo ese tiempo, y la mayor volvió a abrazarla por el cuello, dejó besos en su rostro y volvió a sus labios, Sarah rodeó su cintura con sus brazos, mientras se perdían en su reencuentro, besándose con cariño por largo rato, hasta separase y mirarse con todo el amor del mundo.

- Sabes... Siento que Isabel se está desesperado un poco, le diré.

- Iré contigo- Sarah tomó su mano con cariño-. A dónde sea.

❝ Sarah ya está conmigo, gracias, hermana ❞