Nido de osos

325 16 10
                                    

2 Nido de osos

Arturo se sentía incómodo, no solo por el pequeño banquito en el que estaba sentado. Si no por los tres grandes osos que le rodeaban actuando con toda la normalidad del mundo. Sabía que no tenía que juzgar a las personas por su físico, eso le había enseñado el anterior monarca verde de muy muy lejano, pero...

─¿Querés otro pedazo de tarta?─ Ofreció la mamá oso con una amable sonrisa

─No gracias, estoy satisfecho─ Se negó con la sonrisa más cordial que podía hacer en ese momento, aunque sentía que que en cualquier momento se iba a desmoronar al sentir el aliento de un gran depredador a su costado.

─Anda un poco más─ dijo la madre colocando un trozo de gran tamaño de tarta en su plato ─Estas en los huesos─

─Aceptá la tarta muchacho─ Sintió el palmeo de una garra sobre su hombro, se preguntó internamente qué batalla tan sangrienta haría a un oso perder un ojo. Comió el tercer trozo de tarta con una sonrisa, era deliciosa, pero solo podía pensar en su asesor de imagen gritando por comer tanto y a las pobres costureras haciendo nuevo vestuario que le quedara.

─y dime, ¿Qué asuntos tenés con ricitos?─El chico casi escupe el trozo de tarta sobre la mesa, pero con un poco de chocolate tibio se le pasó ─¿Y por qué regresó tan tarde a casa?─

─Ah... yo... ella... ─ Arturo no sabía qué decir ─Somos ¿amigos...?─

—¿me preguntás o me decís?—

─Yo le pregun...yo le digo, le digo... somos amigos ¿Señor...?─Hizo un espacio para que dijera su nombre. Lo que había aprendido de ser rey es que saber el nombre de tu interlocutor era básico para una buena comunicación.

─Señor papá oso para ti...─ bien, quizás no podrían tener una buena comunicación─Ahora resulta que sos su amigo, Ricitos nunca había llegado en esas condiciones... ¿En donde estuvieron ayer?─

─En...─ El oso apretaba cada vez más, si seguía así rompería su hombro.

─La manzana feliz─ La rubia hizo presencia en el lugar. ─Nos dieron una cerveza que sabía horrible y ahora la cabeza me está matando ─

─Ten dulzura─ Su mamá le socorrió con un brebaje de color verde que previamente le había dado al invitado─Esto ayudará con la rezaca─

─Gracias Ma─ la chica se sentó al frente del joven quien tenía a ambos osos masculinos a sus laterales.

─¿Y qué hacés aqui Marty?─ Preguntó la chica tomando en pequeños sorbos el brebaje marrón.

─pues...─ el chico comprendió que no era el mejor momento de corregir su nombre.

─Llegó en medio de la noche contigo en brazos, era muy tarde y no podía dejarlo afuera, así que lo dejé pasar la noche en la sala.

─En MI sillón─ Se quejó papá oso.

─Espera... ¿En serio estos brazos cargaron a Ricitos?─ Bebe sangoloteo el brazo derecho del muchacho.

─¡Hey! No soy tan pesada─

Ni yo tan débil, pensó el muchacho, pero temía por contradecirlo.

─Decíme eso cuando no sea yo quien te cargue cada que salimos─

─Al Menos no he tenido que cambiar tallas en los pantalones por comer tanto pay─

─Estoy en pleno desarrollo.

─A los lados será.

─Ya niños─ Mamá osá se aclaró la garganta ─¿Y bien?─

─¿y bien qué?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 25, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Cortar un pay con una espadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora