Seguí caminando calle arriba pensando aún en lo que había pasado, me ardía el corte, ¿Cómo pude haber sido tan inútil como para recibir un corte en la mejilla, que tan distraído estaba? supongo que fue por su voz, me recordaba a alguien que mi cabeza no quería recordar, no podía seguir dándole mas vueltas a la cabeza, tenia que volver a despejar la mente, tenia aun 20 minutos hasta casa así que eche la mano al bolsillo interior de aquella americana negra y saque mi paquete de Winston, y del paquete un cigarro mas, que poco a poco se estaba volviendo una adicción incurable, aunque bastante necesaria para soltar la ansiedad que me generaba todo el ambiente de mis alrededores. Lo encendí y retome el camino a casa, no me quedaba mucho mas para llegar.
El cigarro hacia ya un buen rato se había terminado de consumir, y por fin llegué a aquella valla metálica con las siglas -MGN- una valla con su muro de ladrillos a cada lado rodeando a aquella solitaria mansión, una mansión solitaria que tanto me conocía, mi casa, aunque a menudo no se sintiera como tal. Llame al timbre que había a la derecha de aquella valla, espere la respuesta del portero, al de nada salió a buscarme James, un señor ya algo mayor con un pelo negro con matices plateados debidos a la edad, era de complexión delgada y un tanto trabajada en cuanto a musculatura.
-Buenas noches joven amo, que le ha ocurrido, necesita algo - dijo señalando a la herida de mi mejilla - ¿quiere que se lo comunique a el señor?.
-No hace falta que me llames joven amo james, ya sabes que no me gusta que me llames así, eres el único que me gusta que me llame por el nombre sin que me importe. - era el y solo el, el hombre que sin ser mi verdadera familia hiciese que este recinto realmente me gustase llamarlo hogar - ¿por cierto James, sabes si ella ha despertado?
-Lo siento pequeño, pero tu madre aun no despierta del coma, los médicos dicen que sigue en un estado constante, pero que aun no saben cuando despertara.
-Bueno, no se le puede hacer nada, solamente mirar al frente y sonreír por ella.
-No debería guardarse esos sentimientos tan adentro suyo le podrían llegar a perjudicar.
-Enserio no hay nada de que preocuparse James, yo estoy bien solo algo cansado, saludare a padre y me iré a dormir, mañana es el primer día de carrera al fin y al cabo.
Seguí caminando hasta llegar a el despacho de mi padre, toque tras veces la puerta, manías de mi padre supongo, me dio el permiso de entrada y me lo encontré, ahí sentado tras su escritorio y su ordenador como siempre, tan serio e indescifrable como de costumbre.
Le explique una escusa del porque había llegado tarde a casa aquella noche en vez de ir con aquellos dos, le dije que tenia algunos asuntos pendientes cosa que en verdad realmente no era así, solamente quería tiempo para poder fumar, pero pareció que el creía en lo que decía sin ponerle ningún estilo de problema, después de esto me despedí y me fui hacia mi cuarto.
Según llegue hice lo de siempre tome el bajo eléctrico por la correa, me la pase por la espalda puse en el equipo de música algo para poder desestresarme y sin saber porque me salió sola la canción ''boulevard of broken dreams'' tal vez se debiera a lo roto que me sentía o a lo estúpido que era soñando cosas imposibles, quien sabe, tan solo sabia que mi cuerpo y mis dedos me pedían tocar la canción hasta terminarla, sin cometer fallos, sin tener miedo por lo que saliera, simplemente tenia que ser perfecta.
Green Day, sin lugar a dudas mi grupo de música favorito, un grupo que me hacia sentir libre expresándome un grupo que me llevaba a otra realidad, habían pocas cosas que consiguieran hacerme entrar en ese estado de sentirme trasportado a otra realidad, que eran la música de Green Day y la voz de mi madre cada vez que solía cantar conmigo tocando el piano, ese momento era algo único, pero lo que mas curioso se me hizo fue que aquella chiquilla me proporciono esa misma sensación aunque tan solo hubiese sido por un par de segundos. Porque no le llegue a preguntar su nombre porque me fui pareciendo tan arrogante, tal vez debí de haberla acompañado a su casa, bueno da igual ya no le podía hacer nada, no tenia intención de volver a verla mas .
-Realmente espero que halla llegado bien a casa.
-¿que halla llegado bien a casa quien?- sonó la voz de James desde la puerta de mi habitación - dice el señor que a poder ser baje el sonido del bajo o deje de tocarlo que ya es muy tarde.
-Claro James, ya lo siento, me estaba desfogando y ni me di cuenta del volumen al que estaba.
-No pasa nada joven amo, a decir la verdad siempre es un honor escucharle tocar, es esplendida la manera en la que usted toca. Bueno, buenas noches joven amo, ya váyase a dormir.
-Buenas noches James descansa.
James tenia razón ya era hora de que me fuera a dormir, a la mañana siguiente empezaban las clases y aun tenia que salir a correr antes de ellas así que esos significaba que tenia que madrugar aun mas, pero no había problema ya había cogido la costumbre de levantarme pronto. Aun así dormir tan solo 4 horas se me iba a hacer duro.
Pareció ser un simple abrir y cerrar los ojos porque según pensé que me había dormido me desperté, ya eran las 5 y media tenia que salir a correr hasta las 6 y media así que salí del recinto de la mansión y me adentre en el recorrido que traspasaba el bosque hasta un pequeño pueblo de la ciudad un lugar tranquilo y fuera de problemas. Compre pan para unas tostadas en aquel pueblo y me dirigí de nuevo hacia la casa.
Al entrar por casa e ir a el comedor me encontré a padre tomándose como siempre un café con una tostada de aguacate con sal y aceite, leyendo las noticias en su MacBook y como siempre ignorando mi mas mínima presencia. Me hice su mismo desayuno y me fui directo a la ducha, puse holiday de Green Day por detrás y entre en aquellas aguas heladas, tan pronto como entre salí de la ducha, no tenia demasiado tiempo, no podía llegar tarde.
Me vestí muy rápido, unos vaqueros negros camiseta negra y la chupa de la moto, baje al garaje, cogí la Kawasaki ninja H2 el casco con el cristal tintado y salí de los terrenos de la casa dirección a clase, llegaba tarde de nuevo, no se como lo conseguía pero siempre llegaba tarde a clases el primer día. Deje la moto aparcada en la puerta principal del instituto entre a todo correr y llegue a la puerta de la que sería mi sala de tortura por los próximos 9 meses.
-¿Perdón puedo pasar señor Adam?- ya conocía al profesor de los años pasados, el y yo teníamos una buena relación, el sabia que los estudios eran algo que necesitaba aunque no les prestase demasiada atención y el me intentaba ayudar.
-Claro, pero que sea la ultima vez que llega tarde señor Adrik, es algo que en la carrera no se puede permitir esto ya no es el instituto. Ahora siéntate ahí.- dijo señalando a la parte trasera de la clase, aun quedaban dos huecos vacíos así que me senté en el de pegado a la ventana.
Una vez me senté el profesor volvió a retomar la charla inicial que se da a principios de curso y yo me puse a mirara por la ventana, hasta que alguien toco a la puerta y de repente entro el subdirector junto con una alumna y ahí fue cuando el profesor nos presento a nuestra nueva compañera, y le dio la palabra para que se presentase a si misma.
-Hola a todos, soy Mia, Mia Leister.
Según su voz salió de su boca volví a ponerme firme y mirar hacia donde estaba el profesor. no me lo podía creer fue en ese mismísimo momento donde lo supe. Era ella, ella era la chica de la otra noche, la chica de la biblioteca, la chica misteriosa, aquella voz me volvió a volver loco por segunda vez en tan solo 24 horas, no podía soportarlo.
Este primer año iba a ser mucho mas complicado de lo que me esperaba, si tan solo no me hubiese comportado tan arrogante, pero eso daba igual, fuera quien fuera yo seguía siendo yo, siempre e sido así y siempre lo seré, eso era algo que no iba a cambiar.
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Reinados prohibidos
Teen FictionAdrik Morgan, el peor personaje que puedas imaginar. Y ella, la única persona que le hizo cambiar. Quién hubiera imaginado que entre el río de lágrimas de sangre, crecería una rosa tan hermosa.