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Habían terminado las clases y me fui con los del convento para ir al hospital, Scott y yo no nos hablamos por todo el día, lo evité ya que no quería hablar con él hasta que se calme, todos nuestros amigos nos miraban y se sentía la tensión entre nosotros, habíamos llegado al hospital y en el ascensor empezaron a hablar.

Paul: Deberías dejar de ser novia de ese chico -dijo y lo miré-

____: No.

Paul: Vamos, mira cómo no se hablaron, parecían niños -dijo y lo miramos-

Cloe: Paul, ese era su hermano Scott McCall.

Paul: ¡Ouh! ¿Entonces estás disponible?

Todos: Paul.

Bella: Eres un idiota insensible.

Las puertas del ascensor se abrieron y salimos de ahí para ir a la habitación de los niños, pero la hermana Alegría y el monje Humberto estaban ahí con muchas personas, ellos nos vieron y nos hicieron señas de acercarnos a ellos.

H. Alegría: Señoritas y jóvenes, ellos son monjes del vaticano.

____: ¿Del vaticano? -dije y miré a los monjes-

H. Alegría: Así es, el papa vino a bendecir a los enfermos.

Cloe: Adivino y está con los niños.

H. Alegría: Correcto Cloe.

H. Humberto: Y es mejor que se comporten, sin insinuaciones, sin coqueteos, siempre con lo que se les enseña en el convento.

Todos: Si monje Humberto.

Nosotros esperamos a que el papa salga, que fue a los pocos minutos, pero no salió solo, salió con un hombre de aspecto grotesco con una cicatriz en su ojo izquierdo y eso me daba mala espina, también había un hombre risueño.

Papa: Valla, valla los encargados del convento Nuestra señora la pureza.

H. Alegría: Así es papa, ellos son nuestros voluntarios -dijo mostrándonos-

Papa: Qué lindos niños que van hacía el buen camino -dijo jalando nuestras mejillas-

Todos: Buen día papa.

Papa: Qué encantadores -dijo y el hombre carraspeó- chicos él es mi mano derecha Alonso.

Todos: Buen día Alonso.

Alonso: Buenos días chicos y señoritas -dijo y me miró fijamente-

X: Yo soy Alexis -dijo con una sonrisa-

Mientras el papa hablaba con la hermana Alegría y el monje Humberto, entre Alonso y yo nos dábamos miradas serias, cuando nos permitieron entrar suspiramos y empezamos nuestro trabajo.

(...)

Había pasado el día y todo era normal, justo ahora regresaba con el inventario de los niños, subí al ascensor y también subió Alonso.

____: Alonso.

Alonso: Hola -dijo serio-

Había una enorme tensión en el aire, él no me generaba confianza para nada, cuando llegamos fuimos con los niños ya que él se encarga de los niños junto con nosotros, cuando entramos los niños tenían a Martha como para sacrificarla.

Emma: La manada la declara culpable, por no contarnos un cuento digno.

Todos: Sí.

____: Niños -dije y me miraron- suéltenla.

Daniel: Pero ____ ella decía que los hombres lobo son aburridos.

____: Niños, sabemos que eso no es cierto, ahora suéltenla -dije no la soltaban- niños -dije señalando mis ojos- ahora.

Una mordida un amor (Peter Hale y tú) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora