No me acuerdo en que momento sucedió todo. Sólo me acuerdo de ver a un Buck angustiado y de cómo de repente el campo y el picnic fue sustituido por un hospital lleno de camillas y gente enferma. No voy a mentir estoy asustada como la mierda, llevamos cuatro horas aquí y ningún médico nos puede decir nada.
Encima nuestros celulares se descargaron y no hay ninguna cabina para llamar cerca. Buck se ofreció amablemente a caminar para ver si conseguía una cabina para llamar así que llevo aquí un cuarto de hora sola en una sala llena de gente enferma y de personas corriendo por los pasillos.
Respiró hondo intentando aguantar las lagrimas, por mucho que me enfade con él y odie que me trate como una niña no puedo evitar preocuparme por él. Me seco los ojos rápidamente con la manga del suéter que Buck me prestó de su coche al llegar ya que nos dimos cuenta de que nisiquiera cogimos algo para abrigarnos.
Sólo llevamos cuatro horas aquí pero se siente como una eternidad. Odio el asqueroso olor a hospital, los médicos que no se preocupan por los familiares de los pacientes y la gente que solo te mira con lástima o con asco. Me levanto por decimoquinta vez de la silla y camino en círculo alrededor de la estancia.
Aunque sé que no me va a ayudar a nada tampoco me lo facilita estar sentada durante horas en una mustia silla de hospital. Cuando estoy por dar la décima vuelta un médico sale del portón que me separa del área quirúrgica y acerca a mí. Parece de mí edad pero no creo que supere los treinta años si no que los rondará.
Lleva una brillante y limpia bata azul de hospital para todo lo que tiene que hacer, un gorro de poliéster azul, una mascarilla que le tapa toda la parte baja de la cara y unas gafas negras como el petróleo. Es bastante guapo, tiene un resplandeciente y brillante pelo negro, unos preciosos ojos azules se esconden detrás de las gafas y unos pequeños hoyuelos que se esconden debajo de sus mofletes.
Me sonríe amablemente cuando se acerca a mí pero pronto su semblante se pone serio y no puedo evitar preocuparme.
- ¿Familia de Kyle Jacob Smith? - dice cuando llega enfrente de mí.
- Sí soy yo doctor.
- Un placer -me sonríe y me tiende la mano a lo que yo se la estrecho-. Soy el cirujano Monroe y soy el que le ha practicado la cirugía a su novio.
- Mi hermano -le interrumpo-. Es mi hermano.
- Oh perdona -ríe nerviosamente rascándose el cuello-. Creía que si una chica guapa estaba aquí sola durante tanto tiempo esperando tendría la fortuna de ser su novia.
- Oh no mmm yo soy su hermana.
- Perdona si te incómodo fuí muy brusco y entrometido no quiero incomodarte - dice rápidamente.
- No te preocupes no molestas.
Unos pasos rápidos se escuchan a mis espaldas y cuando menos lo espero unas grandes manos me sujetan la cintura y me pegan a él. Estoy por quejarme cuando siento el inconfundible aroma de Buck. Este me pega a él y me rodea la cintura mientras me deja un beso en la cabeza.
- Hola soy Buck -dice con mala cara mientras le ofrece la mano de mala gana al cirujano.
- Un placer Edwin Monroe -contesta mientras le aprieta la mano felizmente ajeno a todo lo que pasa alrededor.
- ¿Familia de Kyle Smith?
- Oh sí soy su cuñado - dice con una sonrisa burlona.
¿Alguien me puede explicar que mosca le ha picado a este ahora?
Le doy un codazo dismulado a lo que él aprieta más su agarre. Gruño en bajo y él solo se limita a sonreír burlonamente mientras mira a Edwin que está incómodo en el lugar.
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Fire love © [Fanfic 911 - Evan Buckley] | ACTUALIZANDO
FanfictionBORRADOR. +18 | NO SE NECESITA VER LA SERIE PARA ENTENDER EL LIBRO, ES UNA HISTORIA COMPLETAMENTE INDEPENDIENTE. Debbie no tiene tiempo ni ganas de nada más de seguir su monótona rutina como bombera, ya ha descubierto que el amor no es lo suyo y int...