Toda la semana, Off evitó a Gun. No quiso hizo pensar en él, pero como resultado solo se veía malhumorado y distraído.
Cuando Off llegó a casa, pidió a Estela llamar a Gun.
Ese día había sido particularmente agotador. Pero era hora de enfrentar la situación.
Off esperó a Gun junto al comedor y cuando lo vió todo lo malo se desvaneció. Observó a Gun bajar las escaleras, se le veía muy emocionado, lucía unos sexys y ajustados pantalones de mezclilla y un suéter holgado que lo hacía ver perfecto, además su sonrisa era hipnotizante, dejaba ver su lindo par de hoyuelos. Sin embargo, mientras se acercaba Off vió que esa sonrisa desapareció y pudo oler tristeza y desilusión desprender de Gun.
– ¡Maldición¡ – susurró Off, había olvidado que Park, uno de los omega con los que tuvo una aventura hace mucho lo había visitado y con intensiones de seducirlo había esparcido sus feromonas por toda la oficina. Gun seguramente podía oler esas feromonas en él.
Off quería abrazarlo y consolarlo, pero se detuvo a unos pasos de él. Era mejor que Gun lo creyera deshonesto, así sería más fácil poner distancia entre los dos.
Gun quería huir, el olor de otro omega sobre Off, sólo significaba que no estaba interesado en él y seguramente no lo quería cerca, tenía a alguien más y Gun estaba siendo rechazado. Durante la semana sé había preguntado que hizo mal para que Off lo evité después de esa noche. Tal vez no fue lo suficientemente bueno. Después de todo fue su primera vez, no tenía experiencia y seguramente Off no lo deseaba y no lo hubiera tomado sino fuera por las feromonas que él desprendió cuando lo vió desnudarse.
– Es raro que quieras cenar a mi lado. ¿Paso algo en GMMTV? – dijo amargamente y se sentó en el lugar que Off le ofreció. Su orgullo le impedía salir corriendo y su dignidad le impedía reclamarle, para Off, él era un simple contrato.
Off negó con la cabeza. – Todo va de acuerdo a lo que te prometí. Los empleados ya han sido notificados de los cambios y de la seguridad en sus puestos de trabajo.
– Gracias. – respondió Gun.
Después de eso, ambos cenaron en silencio.
Las lágrimas de Gun se asomaron y amenazaron con salir. – He terminado, me retiro. Buenas noches – se levantó y salió.
Off se sentía miserable, se estaba comportando como un desgraciado. Había tomado la inocencia de Gun y ni siquiera había hablado con él después de eso. Amarlo no le estaba permitido. Pero temía que Gun quisiera deshacer el acuerdo no podría vivir lejos de él. Gun era luz en su vida. La idea de perderlo, lo estremeció. Tenía que decidir lo que iba a hacer antes que todo empeore y no haya vuelta atrás.
Al día siguiente, Gun despertó muy temprano. Jennie le había avisado que iría para sus clases de equitación. Se vistió lentamente, sin ganas, recordando el olor de las feromonas que Off tenia encima. Sacudió la cabeza intentando dejar atrás esos pensamientos.
Antes de salir de su habitación se miró al espejo; traía una camiseta blanca, unos pantalones de hípica color café y unas botas negras.
Jennie llegó 15 minutos después, estacionó su auto frente a las caballerizas. Gun ya la esperaba.
Ella caminó hacia él con una amplia sonrisa, a su lado estaba un hombre alto, de hombros tan anchos como los de Off, parecía ser extranjero.
– Oh¡ Gun, te ves tan hermoso como siempre – dijo ella, dándole un fuerte abrazo – Lamentó interrumpir tu luna de miel. Este es mi amigo Joss, a él le encanta montar, así que no encontré mejor oportunidad para que se conozcan.
– Es un gusto conocerte Gun. Es cierto lo que dice Jennie eres realmente hermoso y fascinante. Off tiene mucha suerte de ser tu esposo. Espero que podamos ser amigos. – Joss miró a Gun y sonrió.
