10. El viaje de Pablo.

709 59 12
                                    

10. El viaje de Pablo.

Lucia.

Me encontraba acariciando suavemente la espalda desnuda del Sevillano, quien estaba dormido sobre mí pecho, tenía el cabello revuelto, la boca entre abierta y su respiración tranquila. Estaba despierta desde hacer rato pero no quería despertarlo a él. Hoy sería la última noche juntos y una parte de mí no quería que se vaya. Era una sensación rara que hace tiempo no sentía.

Llegó a casa por la tarde para pasar el día conmigo y hablar sobre el viaje que estaban por hacer a Arabia Saudita. No quería hacerme la cabeza, pero era muy obvio que él no quería que lo acompañe y me parecía perfecto que así lo quiera.

Hemos pasado demasiado tiempo juntos y eso me está asustado.

- ¿En qué piensas tanto?.

Su voz adormilada hace que salga de mis pensamientos y baje mi mirada a sus ojos marrones. Me da una media sonrisa y, con su brazo que tenía rodeando mi cintura, me atrae más hacía él, acurruca su cabeza en mi cuello para dejar pequeños besos en este.

- Nada interesante - respondo con una leve sonrisa provocada por sus besos.

- ¿Hace mucho que estás despierta?.

- No lo sé - digo arrugando la nariz - No me puedo dormir.

La luz del televisor hace que su cabello castaño resalte uno que otros mechones rubios, inconcientemente, llevo mí mano a uno de ellos.

- Entonces... - en un movimiento rápido quedo a horcajadas encima su torso - Podemos hacer algo divertido hasta que te dé sueño.

- Me encantaría, Gavira - susurro sobre sus labios - pero mañana tenés que viajar.

- Pues con más razón - me un apreton en la cintura - No nos vamos a ver por un tiempo y te voy a echar de menos.

- ¿Me echarás de menos?.

- Mucho, nena.

Nena.

Si cualquier otro me llamaba de esa manera lo mandaría a la mierda pero me encantaba que él me lo dijera.

- Me encanta que me digas nena. - le susurro mientras me muevo lentamente en círculos, dejando besos húmedos en su mandíbula hasta su cuello.

- ¿Si?... Y a mi me encanta que te muevas así. - dice antes de llevar su mano a mí nuca para estampar nuestro labios.

(...)

Cuando nos levantamos por la mañana, nos dimos una ducha rápida para buscar las maletas a su casa, así ir directo al Camp Nou porque tenía que cambiarse y irse junto con el equipo. Pablo consiguió que me dejaran acompañarlos al aeropuerto con ellos. Lo cual ahora me encontraba con la familia de Pedri esperando a que embarcarán, ellos irían a alentar a su hijo y al equipo, obviamente.

Así que ahora estaba con Dana y Ansu, quién no paraba de hablar.

- Ansu, vos sabés que te quiero mucho - le digo fijamente - pero podes cerrar un ratito la boca. Son las diez de la mañana, flaco.

This Love. Pablo Gavi ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora