Que el agua cristalina del río que recorre tu corazón, lleve consigo esperanzas de un gran amor, dejando pequeñas rocas incrustadas en este, rocas que representen la pasión vivida, las experiencias de éxitos y fracasos, que deje en tu alma la calidez de nuestros lazos. Y aquel hombre valiente que conquiste tu corazón, sea el mismo capaz de desnudar tu alma, hasta ver la profundidad de la misma. Que lo superficial lo ven todos, pero la esencia del verdadero hombre, sólo la posee el rey. El dueño de tus labios, debe ser el mismo dueño de tus sueños, el que nunca salga de tus pensamientos. Glorioso el ser que de tu cuerpo sea dueño, prestigioso por poseer el tesoro más deseado. Anhelado espíritu, dichoso corazón, lleno de esperanzas, te suplico con mis más sinceras palabras, que tu corazón abras a aquel pobre hombre que por tu amor se desvela, que por la calidez de tu cuerpo daría la vida. Te ruego en nombre del amor, que extiendas tus brazos en dirección a aquel que haya conquistado con sus más grandes esfuerzos, el dichoso terreno por el que tantos luchan al mismo tiempo. Te pido que tu corazón le abras y sea el bienaventurado dueño de tus sonrisas, de tus pensamientos y con mucho honor, el dueño de tu amor. Con ansias el afortunado estará esperando que los deseados rojizos que posées, sean el fruto diario de su desgraciada vida. Esperará que tu apatecible cuerpo, ser majestuoso, sea su abrigo en la frialdad nocturna. Que la calidez de tus brazos, le protegan de todo sentimiento de maldad. Bríndale el placer de vivir el milagro, de disfrutar de la dicha de tus labios, permítele conocer el cielo, con las magníficas sensaciones que causan tu compañía. Pronúnciale por misericordia siquiera, un <<Te amo>> que luzca sincero y proveniente de las profundidades de tu alma. Regálate a ti mismo, adorado ser, la oportunidad de ser amado genuinamente.
