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Sevika

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Sentía las vibraciones de la música en mi pecho, el humo de tabaco inundaba mis fosas nasales, al igual que el olor del licor, me mareé por un instante.

Al acercarme a la barra noté varias miradas en mi, no me extrañaba ya, aunque solo una de ellas me importaba.

Si no quería engañarme a mi misma debía aceptar que era la razón de que me encontrará en La última gota, otra vez.

El recuerdo de la misión de hoy me invadió por un instante, nos encontrábamos corriendo de los vigilantes, sentía la adrenalina en mi ser.

Me encontré con una calle y varios callejones delante de mi.

Sentí como una mano grande me jalaba firmemente de la cintura, solo tuve que bajar la vista para reconocer de quién se trataba, pues un brazo de metal era lo que me había quitado de la vista de los vigilantes.

Sevika me sostenía contra su pecho, podía sentir su musculoso cuerpo detrás de mí, una cosa que amaba era la diferencia de tamaños.

La adrenalina fue la culpable de que me diera el valor para voltearme y verla a la cara.

Subí mi vista por su cuerpo y la conecté con sus ojos, ella tenía la misma mirada de siempre, enojada.

Solía bromear Jinx diciendo que ella no estaba enojada, que así era su cara.

Evité sonreír al recordarlo, pues eso sí la haría enojar.

¿Qué ves?- Me dijo al notar mi mirada en sus labios, siempre me había fascinado su porte y físico, Sevika tenía muchos rasgos considerados masculinos pero era mejor que un hombre y yo moría por comprobarlo.

Nada, ¿Qué ves tú?- Dije maldiciendo internamente, sabía que estaba molesta por la huida repentina y hacer notar mi interés en esta situación no sería de su agrado.

Miré sus ojos evitando quitar la mirada, eso solo me delataría.

No respondió, se alejó hacia la entrada del callejón y se asomo con cuidado, no había nada.

Me hizo una señal para que me acercara a ella y nos alejamos de allí, le seguí caminando a su lado.

Regresé al presente y me senté en una de las sillas frente a la barra, pedí dos tragos al barman en caso de que Jinx decidiera bajar a acompañarme.

Pase mi vista por el bar, observando a las personas, no pude evitar dirigir mi mirada a la mesa que era regularmente ocupada por Sevika, ella no se encontraba allí.

Joder- Maldije mi nerviosismo, solía poder ocultarlo aunque no podía negar la sensación en mi vientre.

Una vez que el barman colocó los vasos enfrente de mí tomé uno y lo bebí de un trago, de inmediato sentí el ardor en mi garganta.

¡Hey, ya estás aquí!- Me sorprendió Jinx por la espalda- ¡Ven, muero por bailar!- Me jalo del brazo llevándome a la pista, solo alcancé a agarrar el vaso con su bebida.

Pedí mis canciones favoritas- Me dijo divertida.

Vaya, que beneficio es ser hija de Silco- le dije bromeando con ella, casi todos hacían lo que Jinx pedía justo por esa razón.