Sírvele el desayuno,
llena la taza de café,
deja que se atragante
con los chilaquiles.Lávale la ropa,
plánchale los pantalones,
para que se los quite
cuando se vaya al motel.Limpia la casa,
trapea bien,
para que cuando llegue
te golpee.Préparale el almuerzo,
la comida,
la cena,
sacude la cama donde duermes con él.Si te golpea la mejilla
ponle la otra
para que las dos te queden
igual de rojas.Escóndele el cinturón
y un día que llegue ebrio
enrédaselo en el cuello
mientras duerme.Dególlale la garganta
con su navaja
y deja que se desangre
arrodillado.Tratará de suplicar
desesperado
pero va a perecer
el desgraciado.Estará acorralado
entre la vida y la muerte.
Acabará devorado
por su propia mente.Tal vez llore un poco
pero no te espantes,
eso es lo que suelen hacer
los cobardes como él.Sentirá miedo,
eso tenlo por seguro.
No te preocupes
por su sufrimiento.Cuando la sangre se acabe
y deje de patalear,
arrástralo por toda la casa
y ensúciala con él.Rompe todo,
tira la alacena.
Derrama adrenalina,
rompe tus cadenas,pero las de oro no
porque esas te servirán para huir
de los policías que ignoraron
tus múltiples denuncias.Lamentablemente,
ya no hay marcha atrás,
así que tendrás
que vivir oculta.
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Déjame morir #PGP2024
PoetryLa muerte, tan efímera y transitoria. Tan callada en el rincón, bajo la escalera. Depredadora, manipuladora, cegadora, traicionera y, para ellos, aterradora. Se manifiesta de tantas formas que parece deprimente pensar que todo muere, lentamente, a...