Yeonjun rodaba en su cama, pensando en toda la noche anterior.
Después de que Beomgyu se haya ido, realmente no hizo nada más que dormir en el sofá hasta que la fiesta se dio por terminada la mañana siguiente. Por un lado, la resaca lo hacía pedazos; por el otro, la escena con Beomgyu lo hacía querer lanzarse de un puente.
Él no era gay, Yeonjun no podía serlo. Tal vez Beomgyu sí, pero Yeonjun no, en su cabeza no podía aceptar que se sintiera siquiera un poco atraído por otro hombre, le daba repulsión. Le daba asco la idea de estar con otro chico, pero curiosamente, no le daba tanto asco la idea de estar con Beomgyu.
"Solo eran ideas raras" pensaba, mientras trataba de convencerse de que sentir la mano de Choi Beomgyu en su muslo y después en su cintura con un agarre más firme no le causaba querer poner sus manos en sus hombros y luego besarlo. "Apenas lo acabo de conocer, es imposible que me sienta así por alguien que acabo de conocer, en especial un hombre" se repetía, como si su mente se hubiera olvidado de todas las chicas que se llevó a la cama con solo horas de saber sus nombres.
Tenía que encontrar la forma en que dejara de pensar en Beomgyu, o al menos de esa forma, porque amigos ya eran, y le tenía el suficiente aprecio como para alejarse de él. Y también porque Taehyun lo mataría por hacer sentir mal a su amigo distanciándose. Lo bueno es que ya sabía la forma de que esto pasara, y no sería algo nuevo para él.
Una novia.
Era simple, demasiado, pero Yeonjun no quería partirse la cabeza ideando un plan, eso solo significaría que ese momento en la fiesta significo algo para él. Aunque si de verdad no le importara, no estaría en su cama queriendo morir, pero si alguien le decía eso de seguro se enojaría, y mucho.
Seria casual, como cada una de las relaciones que ha tenido. Terminaría con ella en menos de dos semanas, que era lo que Yeonjun calculaba que era necesario como para que tanto el cómo Beomgyu se olviden de aquel bochornoso encuentro.
Si supiera lo que le esperaba.
Apenas era la segunda semana y ya sintió como si el corazón se le estuviera a punto de salir del pecho unas 34 veces. Era lunes, y fingir que se encontraba bien en esa mañana fue peor que fingir que nada pasó el viernes en la mañana del sábado al desayunar con su madre.
Pero tal vez la vez donde se sintió peor fue cuando vio a Yeonjun entrar por la puerta del comedor con una chica al lado.
— ¡Soobin! Dime, dime, ¿Cuántas cervezas me tomé el viernes?
Empezó a hablar como si nada con Soobin aun con la chica al lado, entrelazando sus brazos, mientras Hueningkai solo escuchaba su conversación, y Beomgyu se hundía un poco en el asiento alrededor de la mesa, deseando desaparecer. Taehyun se dio cuenta del comportamiento errático de Beomgyu, y Yeonjun también, lo que causó un revoltijo de emociones en su cabeza al verlo tan... ¿desanimado? No, la palabra correcta sería... avergonzado.
Avergonzado de haber tenido un momento tan íntimo, y luego darse cuenta que no significó nada. Era obvio, debió de haber asumido que a Yeonjun no le gustaban los hombres, pero prefirió tener una pequeña esperanza, sin saber por qué. Pero aun así, no dijo nada. No tendría que reclamarle nada si debió de haberlo visto venido desde el primer instante.
Era linda, con el cabello negro oscuro ondulado y hasta la cintura, la cara redonda y una sonrisa hermosa y grande; se presentó a sí misma como Han Sujin, y saludó a cada uno, incluyendo a Beomgyu. Los otros tres sabían que no durarían, al igual que todas las relaciones pasadas de Yeonjun, pero Taehyun estaba preocupado por los sentimientos de su amigo.