- ¿Le diste de comer a Toto? -preguntó Beomgyu mientras leía un libro y tomaba su café americano de las mañanas.
- Sí, antes de preparar el desayuno. -Yeonjun sentía que se le olvidaba algo, pero no estaba seguro de qué era.
Ese día se levantó y cuando miró el calendario, ese día estaba encerrado con plumón rojo; fue hecho por Beomgyu, pues Yeonjun no lo había hecho, pero no lograba descifrar por qué. También Beomgyu se comportaba un poco raro desde que despertó, estaba algo apurado, pero lo miraba como si esperaba que le dijera algo que Yeonjun no sabía que era.
- Ya vuelvo, no tardo.
- ¿Qué? ¿A dónde vas?
- Ya vuelvo, cariño. -ignoró su pregunta y le dio un pequeño beso en su mejilla antes de salir por la puerta principal.
Raro, pero sí regreso rápido. Con flores, tulipanes en especial, las flores favoritas de Yeonjun.
- ¿Por qué traes flores? -seguía confundido, no tenía ni idea de que pasaba. Su aniversario todavía no era, ni su cumpleaños.
- Cariño, creo que no lo recordaste, pero lo entiendo. Hoy, hace cinco años, nos conocimos, el primer día del último año.
Ah, eso.
- O-oh, lo siento, se me...
- ¿Olvidó? Está bien, es solo que... creo que fue un día especial para mí, ahora viéndolo en retrospectiva. Muchas cosas cambiaron, senti cosas que no pensé que sentiría y he vivido cosas contigo que no pensé en vivir. ¿Te acuerdas de la cara de mi madre cuando le dije que tenía novio? Parecía que hubiera visto un muerto.
Ambos rieron, pero cuando pasó Beomgyu parecía querer llorar. No importa, eso es pasado.
- ¿También te acuerdas cuando Kai le tuvo que pagar 500 dólares a Soobin y Taehyun porque pensó que su plan de juntarnos no funcionaría? -recordó Yeonjun.
Era divertido recordar todo lo que pasó cuando la vida de ambos dio un giro en el momento en que sus caminos se cruzaron. Tanto cosas buenas como no tan buenas pasaron y seguirán pasando, pero lo malo no importaba ya, ni lo que se quedó en el pasado ni lo que está a punto de pasar.
Nada importa, no cuando estaban juntos. Madres controladoras, padres ausentes o amigos conspirativos, nada. Tal vez estaba destinado a ser así, tal vez había un hilo invisible que los había unido todo ese tiempo, ¿no es bonito pensar en eso?
Habían sufrido, habían vivido y habían aprendido, sin sangrar no se aprende, ahora era hora de dejar en el pasado todos sus errores imperdonables, sus noches sin dormir, sus amores con un final amargo y peleas sin sentido, había que dejar ir todo y ser definidos por aquello que aman, no a lo que le tienen miedo u odio.
Nada más importa, y eso estaba bien para ambos.
fin.
