Capítulo 2.

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│- ꒰‧⁺ ⌨ Los muertos sí recuerdan. ˀ ⛅ *ೃ༄
╰──⸙ 𖡼.𖤣𖥧𖡼.𖤣𖥧 ❞

◛ * . • ·

Se sentía fresca al haber lavado su cuerpo en aquél pequeño arrollo que había encontrado cerca de la taberna. Ahora estaba fresca y sin duda alguna su mente podía respirar más de lo que lo hacía entre aquellas paredes de la prisión.

─── En definitiva debo haber perdido toda la cordura...

─── Señorita Lena, aquí está.

La rubia volteó a ver de dónde provenía la voz y sus ojos terminaron topándose con la princesa de Liones, quien traía entre sus manos un poco de ropa, una parecida a lo que solía usar ella cuando llegó por primera vez al sombrero del Jabalí, un enterizo que dejaba al descubierto todas sus piernas y con un escote pronunciado, casi tanto como los que Diane solía utilizar.

── Oh vaya, tenía mucho tiempo de no ver esto... ─── comentó acercándose, pasando sus húmedas yemas de sus dedos en aquella prenda de color oscuro.

Lena soltó un enorme suspiro mientras por su mente pasaban cada una de las ocasiones en las que utilizó esa prenda, lo que significaba y los recuerdos que traía de nuevo a la vida, porque al parecer ellos no habían sido los únicos en regresar.

─── ¿Sucede algo, señorita?

─── No es nada, solo los recuerdos... me vestiré en un segundo y estaré en la taberna para ayudarles, gracias.

Ella tomó la ropa casi de un arrebato y dijo aquello como si quisiera deshacerse de Elizabeth en ese mismo instante y ella lo notó, por lo que con un rostro lleno de tristeza y una mala sensación en su boca, la albina se marchó entre los árboles y las ramas del arrollo.

No tardó demasiado tiempo en que Elizabeth se fuera y en su lugar apareciera una sombra obscura que lanzó a la rubia contra varios árboles, destrozando el lugar y rompiendo los troncos a la mitad en un largo camino por la fuerza que había sido utilizada.

─── Mierda, sí que eres una hija de puta cuando quieres.... ─── Lena se levantó con dificultad pues aquél golpe le había dolido de la peor manera posible; era un golpe con obscuridad demoníaca.

─── Oh, que grosera, ¿así saludas a tu hermana menor?

─── ¿Así le hablas a tu hermana mayor y a tu reina? ─── le devolvió la jugada, borrando la sonrisa en los labios de la contraria, quien era una mujer de mediana estatura, con sus cabellos negros y cortos, con dos mechones rubios al frente.

─── ¡Cállate! ─── envió una sombra de ataque a Lena pero esta la desvió con su dedo, precisamente con una oscuridad mucho mayor que la antes usada, provocando una enorme explosión que llamó la atención de los pecados a lo lejos ─── No eres ni mi hermana ni mi reina, ¿o es te gusta ser reina de cuerpos sin vida?

Lena tensó su mandíbula ante la impotencia de las palabras de su hermana, ante el recuerdo del reino al que no pudo salvar y simplemente vio sucumbir entre cenizas por culpa de su propia sangre, por culpa de la rivalidad que Zora tenía hacia ella.

─── ¿De verdad quieres que sea así? ─── Lena alzó su mano a la altura de sus hombros y chasqueó sus dedos para que solaria apareciaera a su lado en un abrir y cerrar de ojos.

La mayor de las hermanas tenía la ventaja si usaba su magia de luz, si usaba todo lo que sabía de los secretos que las hadas guardaban y la sabiduría que hace mucho había dejado de pasarse de generación en generación, pero sin duda eso causaría estragos en su cuerpo.

Escarlata. 《Ban 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora