El tic tac proveniente del reloj de su habitación no dejaba de estresarlo y menos si tenía miles de flashbacks bombardeandolo uno tras otro en su cabeza, imaginando incontables situaciones en las que Quackity se podría encontrar justamente ahora.
Su mente era demaciado traicionera, torturandolo con algo que irónicamente el mismo permitió.
Quackity había llegado más emocionado, como cada día que lo iba a visitar, le pregunto el motivo tras esto y una incomoda sensación se instalo en su pecho al oír desde los labios ajenos... que un chico el cual no veía desde hace mucho y le interesaba quería hablar con el, que era importante.
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ —¿Te dijo para que te quiere ver?— hablo el más alto intentando no gritar de la impotencia que sentía.
—No, solo dijo que lo viera en una estación del tren que tenía algo importante que decirme—
—Espero y te valla muy bien...—
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ Quackity asintió y salió de su habitación más que feliz, sus emosiones eran dolorosas para Rubius, quien no se privaba en admitir que sentía envidia de ese chico. Tuvo que haberlo impedido desde el principio, persuadirlo para evitar que aquello se concretará.
