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Habían pasado unas semanas maravillosas con Leandro, había sido la primera vez que salían a hacer algo fuera de sus casas y la pasó excelente

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Habían pasado unas semanas maravillosas con Leandro, había sido la primera vez que salían a hacer algo fuera de sus casas y la pasó excelente. Hacía mucho tiempo que Alexia no hacia algo así por ella, y el hecho de que Leandro la saque de su zona de confort hacía que este más cerca de la idea de darle una oportunidad a lo que sea que esté sintiendo.

No iba a negar que estaba completamente embobada por el futbolista, ella lo sabía, él lo sabía y cualquiera que vea como lo miraba, se podía dar cuenta. Pero en su mente quería creer que tenía algo de control con respecto a sus sentimientos.

Habían quedado en verse luego del partido de la Juventus, jugaban a las cinco, asi que calculaba que llegaría al rededor de las ocho. Esta vez no iba a pedir delivery, iba a ponerse a cocinar y si las cosas no salían bueno, o cocinaba Leandro o pedían algo.

Para cuando escucha el timbre de su casa, todavía con el delantal que le había regalado la mujer de Félix, fue a abrirle la puerta. Lo recibió con un beso mientras él entraba y dejaba su bolso al lado de la puerta.

Se lo notaba un poco tenso, pero era de esperarse si habían perdido 1-0, Alexia estaba dispuesta a distraerlo un poco y que no se acuerde por un rato el resultado del partido. Dandole un vaso de vino que había servido, vuelve a las hornallas para estar segura de que la comida no se le iba a quemar.

Leandro estaba parado incómodo en la puerta entre el living y la cocina, la cantante se da cuenta y se acerca a él, sujetandolo del brazo para que entre. Es en ese momento cuando la acorrala contra la isla y la empieza a besar ferozmente, pero ella se dió cuenta que el beso no era apasionante, era necesitado.

A Leandro le pasaba algo y no lo estaba diciendo.

¿Me vas a contar que pasa? Si es por el partido, no te estreses, ya va a haber otros partidos y la van a remontar.- le asegura.

Quería venir a decirtelo yo antes que te enteres por otro lado.- le dice alejandose un poco de ella, Alexia lo miraba expectante.- La Juve no compró mi pase, a fin de mes nos volvemos a París, los chicos, Camila y yo.

La noticia la shockeaba, recién habían empezado con todo esto y ya llegaba un palo en la rueda. No era nada raro para ella, su vida era así de catastrófica.

¿Camila?- estaba segura que el divorcio ya había finalizado y no tenían por que seguir pretendiendo.

Sigue siendo la mamá de mis hijos Ale, ella no tiene nada acá en Italia y llegamos a la conclusión que era mejor que se venga con nosotros en vez de irse para Argentina y estar lejos.- le explica.

Asintiendo, comprende de donde venía, aunque le hacia ruido, lo entendía. Internamente se sentía amenazada por el amor que alguna vez sintieron.

Ella estuvo enamorada asi una vez y la trató como quiso. La manipuló en creerle y era algo que jamás pudo controlar. Después de verlo en el mercado con Camila, se preguntaba frecuentemente si ella no tendrá el mismo agarre en él que alguna vez tuvieron en ella.

LOS ANGELES- Leandro ParedesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora