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—No no, hasta que llegue el día que tengamos que hacer ejercicio

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—No no, hasta que llegue el día que tengamos que hacer ejercicio. —No quiere decir que iban a tener relaciones sexuales porque sólo quiere verlo como un trámite. Las películas que siempre le enseñaba que al momento de tener relaciones sexuales las personas involucradas iban a terminar enamoradas terminaron en falsedades, porque no siempre era eso.

Tragó saliva más fuerte al sentir a BeomGyu menear sus caderas en su miembro, rozando sus cuerpos. De verdad se sentía demasiado bien, tan bien que HueningKai abrió su boca al sentir sobre su pantalón la humedad del menor, sintiendo los pliegues sobre esa ropa. Gimió cuando volvió a sentir el movimiento igual de fuerte, y ahora esas manos bajaron hasta donde estaban esas traviesas caderas, impulsando a moverlas como antes.

—¿Puedo? Tus manos no te obedecen.— no recordaba la voz de BeomGyu tan seductor de ese modo, no era así, pero le gustó como su voz salió ronca, tanto como le gustó sentir la lengua del menor su cuello y sus labios atrapar la piel de ahí, succionando levemente.

—Solo no intentes meterlo todo.

El menor sonrió porque el mayor había cedido a sus encantos, caminó hasta su cama, agarrando un cojín para ponerlo en el suelo y arrodillarse en él, frente a donde HueningKai estaba sentado. Puede que había soñado eso, pero solo una vez en su vida y fue cuando estaba caliente de ver esos vídeos que nunca había visto. Miró a los ojos al azabache, quien alzó su ceja y su barbilla comenzó a temblar, indicándole que estaba nervioso.

—No estés nervioso.— un beso sobre la tela, que hizo a HueningKai temblar y levantar levemente sus caderas, sacando leves suspiros, y seguían teniendo ropa. —Te prometo que te va a encantar.

Ambas cabezas comenzaron a doler para HueningKai, una porque ya estaba duro y la otra porque quería pensar otra cosa que no fuera que el amor de su vida le iba a hacer una mamada, ya estaba seguro que le iba a encantar, porque iba a venir de BeomGyu, y todo lo que viniera de él le encantaba, fuera pequeña cosa.

Elevó sus caderas para que el menor pudiera quitar ese pantalón de chándal, y volvió a alzar una sonrisa tierna cuando vio notó el bulto entre la tela azul rey, uno grande. Sus manos se dirigieron a el y lo volvió a besar, tensando el cuerpo de HueningKai.

—Tan grande, tan mío.— no servía para el mayor que su mejor amigo le estuviera diciendo eso, porque sentía su miembro palpitar de placer y lo ultimo que quería era hacerle saber a BeomGyu que su toque lo ponía duro, y así de duro. —¡Esta palpitando!

—¡No... grites!— HueningKai acaricía la cabeza del menor, incitándolo a alejarse de su falo pero el otra seguía ahí, sonriendo. No sabía que le gustaba ese ángulo de BeomGyu, donde estaba junto a su pene, acariciándolo.—Solo hazlo, ya me tengo que ir.

Suspiró cuando sintió el frío golpear su miembro, que había sido liberado, pero sintió que su respiración se cortó al momento que sintió la mirada fuerte de BeomGyu en él, que tenía su boca abierta, la cerró para tragar saliva, y la volvió a abrir, haciendo a HueningKai cerrar sus ojos para evitar ponerse más ante la tierna imagen de su mejor amigo viendo su miembro duro, que falló porque el menor relamió sus labios y sus dedos fueron hasta la punta rojiza, acariciándola con su índice.

٠ ˖ ࣪♡̸ Diet Of Sex  ִֶָDonde viven las historias. Descúbrelo ahora