Capítulo 9

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ROOTS THAT ASCEND, WITHER OR ROT

DISCLAIMER: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto, pero la historia es de mi autoría.

WARNING: Esta historia contiene descripciones y menciones de actos de violencia sexual, física y psicológica, así como de temas de abuso de poder y adoctrinamiento religioso. Por favor, tomarlo en cuenta antes de leer.

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Capítulo 9. Los que no juran en vano.

Genuinamente, no sabía lo que decía cuando accedió a hacer todo lo que Sasuke le pidiera

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Genuinamente, no sabía lo que decía cuando accedió a hacer todo lo que Sasuke le pidiera.

Quizá pensó que los siguientes movimientos de su amigo irían en la misma dirección juguetona y algo perversa de las anteriores declaraciones, pero no fue así, en cambio aumentó en un nivel mucho más terrible. Tal vez porque ahora tenía un secuaz dispuesto a mancharse las manos obedeciéndolo.

Aunque tenía una basta certeza de que, aun si no se hubiera unido a él, Sasuke de todas formas hubiera llevado a cabo su fechoría él mismo.

No era que necesitara más manos que cumplieran su voluntad para hacer movimientos más atrevidos, su plan siempre había sido escalar en el nivel de crueldad y presión conforme avanzaba su venganza.

Ahora mismo lo podía ver y la atroz idea de cuál podría ser la terrible declaración que eventualmente superaría la que ahora estaban haciendo, escapaba de su imaginación.

Después de todo, a Naruto nunca se le hubiera ocurrido prender fuego a la casa del viejo Sarutobi, con él adentro.

"Tendrá tiempo de salir y si no lo hace, bueno, ese ya no es mi problema" Sasuke le había comentado desinteresado en la vida del anciano.

Ahora mismo sostenía entre sus manos la pequeña antorcha que desataría el infierno sobre el hogar de ese hombre, que nada tenía que ver con la venganza de su mejor amigo, pero terminaría siendo daño colateral.

Era de noche, estaba muy oscuro y el único ruido a su alrededor era el molesto canto de los grillos. Ya ni siquiera tenía que esconderse con el mismo cuidado que antes había necesitado, pues todos los habitantes de Konoha se encontraban encerrados en sus casas, con puertas y ventanas completamente cerradas. Temerosos de ver algo que no debían o de encontrarse frente a frente con Indra.

Trago saliva pesadamente, buscando dentro de sí mismo fuerza para llevar a cabo su tarea o, en cambio, para negarse a hacer algo tan malvado y marcharse de ahí. Sin embargo, podía sentir los ojos de Sasuke a sus espaldas, presionándolo para que cumpliera su promesa de ayudarle.

—Lo siento... — susurró como si el viejo hombre dueño de la choza hubiera podido escucharle y en seguida lanzó la antorcha al techo, cayendo sobre la capa de paja que habían puesto previamente.

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