Primer Beso. || OS (Larry Stylinson)

2

—Ahora tendré que volver a la ducha —reprochó, sintiendo las yemas de los dedos de Louis rozar la piel desnuda de su estómago al limpiar el desastre que allí quedó, todavía recostado en la cama—. Estoy todo sudado y la habitación huele a sexo. Obviamente, nosotros también.

—Bueno, no te quejes —terminó, lanzando el papel usado al botecito de basura y acertando en el tiro—. Podríamos... ¿usar la regadera juntos?

¿Compartir ducha con Louis? Sí a todo.

Dios, ¿por qué no llegaron a esto antes?

—Sí —respondió sin titubear, poniéndose de pie, quedando frente a Louis—. Sí, vamos —acortó la distancia, tomándolo del rostro y besándolo con delicadeza.

—Vamos —dijo Louis al separarse, robando una bonita y corta sonrisa por parte de Harry, con él devolviéndosela.

***

La mano de Louis hacía un increíble trabajo el envolverlo, al complacerlo de esa manera.

Harry intentaba sostenerse, colocando una de sus manos sobre los azulejos de la pared a su lado, con la otra aferrándose fuerte al hombro del mayor. El agua resbalaba sobre ambos cuerpos, el cabello de Harry caía pesado hacia atrás y el vaho de los jadeos de ambos golpeaban cálidos el rostro del otro.

Louis tocaba a Harry y se tocaba a sí mismo.

—¿Te gusta? —Louis llevó sus labios al oído del menor—. ¿Justo así, rizadito?

—Sí... Sí... —gimió bajo en respuesta—. No te detengas, por favor —pidió.

—No lo haré —murmuró para él—. No me detendré una vez que te tenga y me tengas en estas condiciones, bonito.

—Ya... —echó su cabeza hacia atrás—. Ya casi... —avisó, girando su cabeza apenas un poco, buscando los labios de Louis que aún se encontraban contra su oreja.

Harry movió sus caderas en busca de una mayor fricción, hacia atrás y hacia adelante, siendo eso la señal suficiente y necesaria para que Louis se diera cuenta de la urgencia y desesperación que había comenzado a llegar a su ingle y nublar sus sentidos. Los movimientos en las manos del mayor de tornaron más rápidos, haciendo lo posible porque sus piernas no temblaran demás al comenzar a sentirse de la misma manera.

Sus bocas continuaban atrapadas, enredadas y juntas. No fue hasta que el añorado orgasmo los alcanzara de la manera más deliciosa a la par, que ambos tomaron al menos un poco de distancia. Harry gimió sobre los labios de Louis, y Louis gimió sobre los labios de Harry.

—Dios... —el castaño habló, intentando regular su respiración.

—¿Cómo logras hacerme venir de la mejor manera, Louis? —Harry hacía lo mismo, preguntándose aquello en serio. Había tenido el mejor orgasmo de su vida hacía un par de semanas, según él, gracias a sus propias manos. Pero ahora, sintiendo a Louis en él, pudo pasar con facilidad aquel título a todo lo sucedido este día.

—Me contaste muchas veces antes la manera en la que te gustaría que te tocaran, ¿recuerdas?

Bueno, ¿cómo no iba a recordarlo? Louis y él, siendo mejores amigos y sembrando una profunda confianza en su amistad, llegaron a charlar acerca de eso demasiadas veces. Sí, Harry muchas veces le mencionó cómo le gustaría ser tocado, con las fantasías de que fuera Louis quien lo tocara así algún día reproduciéndose en su mente.

Y ese bendito día había llegado, al fin.

Harry sólo pudo reír en respuesta, pasando sus manos detrás de la espalda de Louis para pegarlo más a su cuerpo y acariciar justo allí. Su corazón continuaba latiendo con rapidez, pero ya no por lo sucedido hace unos minutos, sino, por el pensar que allí estaban ahora; por el recordar a Louis diciéndole que también había estado enamorado de él hacía ya un tiempo.