𝐑𝐄𝐂𝐊𝐋𝐄𝐒𝐒 ▶ 𝘒𝘪𝘮𝘦𝘵𝘴𝘶 𝘕𝘰 𝘠𝘢𝘪𝘣𝘢

𝐑𝐄𝐂𝐊𝐋𝐄𝐒𝐒𓂆𓂅

❛todo tiene un principio y un fin, el final no es el exterminio de la humanidad pero tampoco ganará el mal en esto. La guerra te quita todo en un chasquido y no es algo que se pueda intervenir, entenderás que es el principio del lo que llamamos; destino❜

El inicio de un villano siempre es influenciado por el odio que lo rodea, llenándolo de sentimiento negativos que lo llevaban a la locura que llama perfección. Así había sucedido en Kibutsuji Muzan, su historia y poder tenían una larga fila de trasfondos que lo llevaron a cometer actos indecorosos.

Pero que tenía esta relación en Sakura Haruno, no lo tenía pero su maestra era quien llegó a conocer la peor parte del señor de los demonios, Tsunade Senju.

Su apellido asi como lo era Ubuyashiki's, los Senju's trascienden de guerreros poderosos, dos de ellos fueron destacados como los héroes de la primera guerra shinobi, Tobirama y Hashirama Senju.

Un líder y un fiel seguidor.

Tsunade Senju tenía la convicción de que Kibutsuji Muzan había renacido en Madara Uchiha, el hombre quien había traído mucha sangre en la guerra por el dolor que perder a un ser querido que lo llevó a la locura.

Quien al igual que el buscaba la perfección.

Tsunade Senju estaba perdiendo su vida a través de sus dedos debido a la edad en la que avanzaba solo para dedicarse al libertinaje como una alcohólica, asi que habia puesto en marcha en encontrar un sucesor que podría heredar todos sus secretos.

El camino fue largo, yendo de pueblo en pueblo solo para encontrar decepción.

─¡Yo-Yo sere alguien genial, y se los probare!.─ Una chiquilla había exclamado apesar de la tristeza en su voz y como el nudo en su garganta la volvía irritante.─¡¡No sere el monstruo que ustedes creen!!.

Tsunade había visto en las peores circunstancias en las que la pequeña niña estaba, la ropa desgastada y el cabello descuidado la había llevado a pensar que sobrevivía en las calles.

A horas tempranas se encontraba bebiendo sake, debido a que ya había cumplido el tiempo de su estadía en el pueblo Hakuba.

─Los monstruos siempre seran monstruos, eres fea y nadie te quiere ¡eres un peligro para el pueblo!.─ El muchacho sobrepasaba su altura y en edad.

Y entonces lo vio, vio como la tolerancia de ella tenía límites.

Había dirigido su pequeño puño al estómago del más alto, y la invisible ráfaga que había creado por el corto impacto del golpe que había sido ejecutado.

Los pueblerinos habían visto y algunos de ellos gritaron horrorizados cuando el muchacho cayó al suelo gritando del dolor.

─¡Esa muchacha siempre causando problemas! Sera algun dia la perdición de este pueblo.─ Una mujer adulta estaba colérica, desdeñando con otras mujeres a unas cuantas mesas.

Y comprendió y sintió alguna clase de deja vú, la rubia se levantó dispuesta a ir por ella pero fue demasiado lenta cuando la vio irse con rapidez entre la gente que la miraba mal, muy mal.

Entendió que no era bienvenida en este pueblo.

Las horas pasaban sin rastros de la jovencita que había atraído toda su atención. Entonces la vio y lentamente se acercó.

─¿Porque nadie me quiere? Que tengo que hacer para que me quieran, no es mi culpa haber nacido así, yo solo quiero ser amada.─ Su voz rota la había hecho flaquear para que se diera cuenta de su presencia.

Entonces tomo una decisión.

Acaricio su espalda intentando ponerse a su altura, sentándose a un lado de ella en el puente que atravesaba un arroyo. El tacto de Tsunade puso en alerta a la chiquilla.

Pero por algún motivo no quería que parará.

Sakura se aferro a una extraña que sin darse cuenta sería la persona que la haría sentir amada y a salvo de la profunda oscuridad que lentamente se había dejado llevar.

Tsunade había salvado a alguien quien estaba a punto se convertirse en villano.