Capítulo 5

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– ¿Cómo? –Dijo Nathan, el frío recorrió su espalda al ver a Harry agachado en ese cajón, el cual nadie debía abrir bajo ninguna circunstancia

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– ¿Cómo? –
Dijo Nathan, el frío recorrió su espalda al ver a Harry agachado en ese cajón, el cual nadie debía abrir bajo ninguna circunstancia.

Harry tenía la compostura recta, hablando seguro de lo que hablaba.
– Tus muñecas, Nathan. –
Volvió a decir, esperando a que el chico haga el gesto de mostrarle esa parte del brazo.

El castaño negó, convencido.
– No, Harry. Eso no. –
Denegó la obligada pregunta de su mejor amigo.
– No tienes que ver eso. No tuviste que ver eso. –
Restificó, mirando el cajón medio abierto; se podía ver algo de vendas saliendo de él, Harry había desordenado todo el cajón entero.

– Nathan, lo he visto. –
Dijo, refiriéndose a la muñeca. Nathan tragó fuerte, su respiración iba cada vez más rápida, la garganta estaba doliendo por querer retener las lágrimas que luchaban con salir.
Harry, al ver a Nathan bajar la cabeza y jugar con sus temblorosas manos, no pidió más explicaciones; suponía que él ahora mismo no quería hablar de eso.
– Mierda, ven aquí. –
Harry abrazó la cabeza de Nathan, apoyándola en su pecho. El chico no esperó mucho, solo pasó sus dos brazos por la espalda de Harry; correspondiendo ese abrazo de manera fuerte.

El primer sollozo fuerte sonó, el corazón de Harry iba a una velocidad exagerada. No podía creer lo que había visto, sabía que Nathan no era la persona alegre que se mostraba todos los días, Nathan le había contado varias cosas que sucedían en su día a día fuera de Hogwarts (y a veces, en la escuela). El gran problema que tenía con sus padres, la rivalidad que tenía con Snape por alguna razón que ni siquiera el Granger sabía... Demasiadas cosas. Pero, Harry nunca se pudo imaginar que la situación fuera tan grave para llegar al punto de hacerse eso, imaginarse lo mal que lo tuvo que pasar Nathan al hacerse esos cortes le destruían por dentro.

Harry empezó a acariciar suavemente el pelo de Nathan, los hipos del llanto y sollozos no cesaban, ni parecía querer cesar. Las manos de Harry empezaron a temblar en el castaño pelo de su mejor amigo, sus verdes ojos empezaron a cristalizarse gracias a los sonidos que soltaba Nathan, el uniforme estaba ya manchado de las grandes lágrimas saladas que salían del de ojos marrones, sin embargo, Harry no pensó en que su uniforme estaría mojado, solo pensó en Nathan y todo lo que se había tenido que guardar para tener que llorar de esa manera tan fuerte.

No habló, no formuló ni una sola frase. Harry solo esperó a que el llanto de su mejor amigo acabara para tratar de hablar con él con total tranquilidad. Aunque, a este punto, las gotas saladas empezaron a bajar de los claros ojos del de gafas. Salieron solas, primero una, después otra... Así, hasta convertirse en un llanto silencioso, dejando que así Nathan se desahogue de la forma más fácil posible.

Harry, al pasar unos cinco minutos, escuchó la voz de Nathan. No tardó en escuchar atentamente lo que el chico quería decirle.
– No puedo más, Harry. Cada día es una pesadilla peor. –
Se separó del uniforme del chico, viendo como había mojado por completo el uniforme de éste.
– Ups, lo siento. –
Dijo apenado, señalando la parte llena de agua con unos ojos tristes, el llanto había cesado, aunque algunos sorbidos y lágrimas que caían inconscientemente seguían ahí.
Harry negó, quitándole importancia al tema del negro uniforme. Acarició por última vez el pelo del chico y prosiguió a sentarse junto a él en su cama; mirándole fijamente para que pueda –si quería– contarle lo que le sucedía para que hiciera eso.

𝗡𝗔𝗧𝗛𝗔𝗡 𝗚𝗥𝗔𝗡𝗚𝗘𝗥   ━━   Draco Malfoy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora