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— ¿Hola? — Contestó Joaquín, en tono un de voz que delató su confusión.

— Hola Joaquín, ¿Cómo estás? 

— ¿Me estás tomando el pelo Emilio? — Ésta vez habló enojado el ojimiel. 

— No Joaco, mierda. Perdón...No sé que hago llamando, bueno en realidad sí, quería hablar contigo

— ¿Hablar conmigo? ¿No crees que tuviste suficientes momentos en la semana para hablar conmigo? ¿Qué mierda Emilio? Me has ignorado todos los putos días y sinceramente no ví en ningún momento las ganas de hablarme. Cuídate Emilio

Joaquín cortó la llamada sin escuchar lo que el rizado tenía para decirle, si era honesto consigo mismo, se arrepentía de cortar la llamada, pero no podía ser tan débil. Estaba en medio de aquella batalla mental cuándo escuchó el timbre de la casa, no quiso bajar, esperaba que Uberto fuese a ver quién tocaba. 

El timbre resonó en la casa una vez más. Joaquín salió molesto de su habitación, al salir vió a su padre durmiendo plácidamente en su habitación y se apresuró a bajar para que no lograran despertarlo con el molesto ruido del timbre.

— ¿Qué haces aquí? — preguntó Joaquín con el ceño fruncido al instante en que abrió la puerta, mirando directamente a los ojos de Emilio

— Hola Joaquín, perdón por llegar aquí así... te iba a decir por celular que estaba afuera, pero cortaste antes de que pudiera decir algo 

— Si, y al parecer no entendiste el mensaje de que no quiero hablar contigo.

— Joaquín por favor, sólo hablemos un momento.

— Bien, pero afuera, mi papá está durmiendo en su habitación y realmente no quiero que escuche nada. 

Joaquín salió de la casa, dando un vistazo rápido a las escaleras para comprobar que Uberto no estaba despierto.  Al salir completamente de la casa notó cómo Emilio camina calle abajo.

— ¡Hey! — Gritó — ¿A dónde mierda vas? 

— A la estación, para que podamos hablar más tranquilos — Dijo el rizado encogiéndose de hombros.

— Hombre, dí lo que quieres decir aquí, no pienso ir contigo ahí de nuevo — Dijo Joaquín cruzando sus brazos sobre su pecho.

— Mierda, bien. — Dió un suspiro, cómo para darse un impulso a decir lo que quería decir — Mira Joaquín, yo no he podido sacar de la cabeza lo que pasó en la estación, sé que no está bien, que eso está jodido, pero...— Levantó la cara y le dió una mirada totalmente acongojada a Joaquín — No había hecho eso jamás con un hombre, no sé que mierda me pasó. Perdón. 

Ambos estaban en silencio, Emilio con una mirada que demostraba lo complejo que era para él la situación, Joaquín lo miraba desde su lugar, aún con los brazos cruzados, mostrándose más tranquilo de lo que realmente estaba.

— Bien, entonces has venido aquí para decir que lo sientes y te arrepientes. Lo tengo, lo noté el mismo día hombre, no era necesario que vinieras y todo eso... si lo que te preocupa es..— Joaquín no pudo terminar de hablar ya que fué rápidamente interrumpido por Emilio 

— No me arrepiento

Joaquín se quedó ahora aún más sorprendido, miraba al chico frente a él cómo si tuviera 3 cabezas.

— Entonces no entiendo

— Joaco, mira tal vez para tí es fácil ésto, mierda realmente no lo sé — Bajó la voz considerablemente, hablando en un susurro y continuó — Pero para mí es la primera vez que quiero besar a un hombre y peor aún que lo hago... ¿podemos por favor ir a otro lugar a hablar ésto?

Besos Secretos // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora