Capítulo Único

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Tal vez sea la forma en que dices mi nombre.


—¡Geralt! —Jaskier grita en su oído, lo que le hace fruncir el ceño y querer maldecir, pero sólo gruñe un clásico "mmm" para que sepa que sí le está escuchando. El bardo esta sentado detrás de él, espalda contra espalda mientras sostiene un pequeño bulto envuelto en tela de seda. —¡Mira! —apunta al lado fuera del camino que seguían hasta Kaer Morhen. —Descansemos aquí.

Geralt protestaria, debían llegar a la fortaleza antes de la llegada del invierno, pero Roach merecía un descanso y ellos estirar las piernas. Desviándose sale del camino para ingresar en el vasto prado que se extiende hasta el horizonte.

Tal vez sea la forma
en que juegas tu juego.

Se acercan hasta un grupo de tres árboles que ofrecían la sombra perfecta para descansar en las raíces de los árboles. Geralt baja de Roach primero, tomando a Jaskier para ayudarlo a bajar.

—Todo un caballero. —Jaskier bromea cuando está de pie sobre la tierra, su sonrisa es simple pero hermosa, es la manera en que le mira lo que siempre le hace caer rendido a sus pies aunque no lo admita.

Pero es tan bueno.

De Rivia quiere acercarse por un beso, puede leerlo en la mirada azul de Jaskier, pero antes de poder siquiera rozar sus narices el pequeño bulto en los brazos del bardo se mueve hasta despertar por completo. Entonces la mirada cristalina desciende al niño de dos años, la sonrisa en Jaskier crece en su rostro; es hermoso.

Nunca conocí a nadie como tú.

Allí frente a él, no puede creer que al fin puede decir que es feliz. La persona de la que terminó (inesperadamente) enamorado le corresponde, le acepta como es y le perdonó cuando lo lastimó. No merece a Jaskier.

Pero es tan bueno.

—Caminemos un poco. —Jaskier dice sin apartar la mirada de su hijo. Su hijo.

Nunca soñé con alguien como tú.

Viendo a Jaskier caminar por los alrededores, Geralt descarga algunas cosas de Roach mientras piensa en el pasado y el ahora, la diferencia entre quien era antes y en ese momento. Nunca imaginó que se terminaría permitiendo enredar por los trucos de Jaskier; sus finas palabras, sus malas canciones pegadizas, sus sonrisas brillantes, sus variadas y a veces graciosas expresiones, su terrible mala suerte.

Y he oído hablar de un amor que llega una vez en la vida.

Aunque si Geralt lo pensaba, quizás eso era lo que les había unido; Jaskier y su mala suerte le habían llevado hasta él, la persona menos indicada para amar. Sin embargo, lo agradecía. Al comienzo le fue difícil darse cuenta, era más terco que ahora, de mente y corazón cerrado; pero de alguna manera, luego de haber cometido todos los errores posibles, se dió cuenta de que todo lo que buscaba y necesitaba, lo tenía al lado de Jaskier. No Yennefer, no un Djinn, el bardo ruidoso con pan en los bolsillos que se le acercó en una taberna y decidió por su cuenta seguirle a donde fuera.

Y estoy bastante seguro de que tú eres ese amor mío.

Al comienzo fue molesto, tan terriblemente irritante. Su optimismo, su habilidad para meterse en problemas, sus cantos sin parar.

Pero luego...

Sn darse cuenta le tomó cariño. Jaskier logró lo que nadie se atrevía; se acercó, ignoró todos sus intentos para apartarlo, le aceptó, le mostró nuevas formas de ver las cosas, le apoyó y defendió. Se quedó a su lado. Aún cuando le lastimó y rompió su corazón, le perdonó. Regresó a su lado, le volvió a sonreír como tanto había extrañado durante el tiempo que estuvieron separados.

Dientes de león | Geraskier |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora