1

37 3 0
                                    

El aire frío de la noche me golpea en la cara mientras salgo del boliche. Todo es un borrón de luces y música. Me tambaleo un poco y siento la necesidad de vomitar. Me apoyo en la pared y mi estómago se retuerce. Finalmente, vomito todo lo que tengo en mi estómago. Me siento mal por un momento, pero luego de un momento logro recuperar la postura por lo menos sentándome en el piso.

- Dios mío, Ellie, ¿estás bien? - Dice Lea mientras se acerca a mí. Tiene un cigarrillo en la mano, y su aliento huele a alcohol.

- Sí, estoy bien - respondo, limpiando mi boca con la manga de mi chaqueta. - Solo necesitaba un poco de aire fresco.

- ¿Has estado bebiendo de nuevo? - pregunta Megan, acercándose a mí también.

- Sí - admito, girando los ojos. - Solo un par de cervezas.

- Ellie, sabes que no deberías beber - dice Megan con una voz suave. - Y menos con tu problema.

- Sisi, bueno. - respondo indiferente, no tenía nada más para preocuparme que en los escalofríos que me causaba el frío. Cuando miro hacia arriba veo a las dos chicas mirándome esperando a que diga algo.- Lo siento..

De repente, siento una presencia cerca de mí. Miro hacia arriba y veo a un chico que se acerca. Es alto, delgado y tiene el cabello negro alborotado y los ojos oscuros.

- ¿Estás bien? - pregunta el chico, preocupado.

- Sí, estoy bien - respondo, llevando mí mirada hacia sus pies, tenía la vista cansada.

- ¿Necesitas algo? ¿Agua o algo así? - pregunta él, ofreciendo una botella de agua y poniéndome si chaqueta sobre mis hombros.

- Estoy bien, gracias. - respondo, aunque acepte que deje su abrigo sobre mí.

- Soy Bill - dice el chico, presentándose.

- Soy Ellie - respondí, removiendome sobre mí lugar.

- ¿Quieres sentarte un rato? - pregunta Bill, señalando una banca cercana.

- Sí, porfavor - respondo, espero que eso este un poco mejor, me estaba congelando.

Me siento en la banca y Bill se sienta a mi lado. Hablamos un rato y me sorprendió que teníamos bastantes cosas en común.

- ¿Que haces de tu vida? - pregunta Bill.

- Toco la guitarra en una banda con esas chicas - respondo señalando a Lea y Megan, la primera estaba recostada sobre un barandal del boliche, con un cigarrillo posando en sus manos, mientras que la otra estaba mirando el cielo atentamente, perdida.

- Eso suena genial - dice Bill, sonriendo.

- ¿Y tu? - pregunto, sorprendida.

- Estudio en casa y vivo con mí hermano y amigos. - dice Bill con una sonrisa.

- Ah - Lo mire, estaba apretando fuertemente sus labios, estaba algo inquieto.

Seguimos hablando durante un rato más. Me sorprende lo fácil que es hablar con él, no tiendo a hablar con desconocidos y menos así. Finalmente, me siento lo suficientemente mejor como para levantarme y irme rápido de allí.

- Gracias por el abrigo - le digo, sintiendome cómo una idiota ya que a duras penas podía estar parada y al dejar de sentir el tacto de la chaqueta comencé a temblar de vuelta.

- No hay problema, Ellie.. - Me observó por unos segundos en silencio. - Quédate con la chaqueta, estás muriendo de frío.

Lo mire y reí.

- No puedo ¿Cómo voy a hacer eso? Ni siquiera sabría cómo devolvertela.

- Eso será lo divertido - respondió sonriéndome haciendo que sus ojos desaparecieran totalmente, mientras se adentraba nuevamente en el edificio.

Fue una extraña secuencia, y no tengo ni idea de cómo pensar.
La cabeza me da vueltas y lo primero que recuerdo es de un chico encajandome una pastilla verde. Estaba drogada.

- ¿Estás mejor? - pregunta Lea, preocupada.

- Sí, no te preocupes - respondo, mis ganas de vomitar habían vuelto. - Deberíamos irnos a casa.

Ellas asienten y comenzamos a caminar
Es lindo tenerlas, incluso si a veces pueden ser un poco demasiado salvajes para mi gusto.

Mientras nos adentrabamos por las calles, me doy cuenta de que el encuentro con Bill me ha dejado un poco desconcertada. Me abrace a mí misma oliendo la chaqueta, emanaba un fuerte aroma a algo que no podía identificar, pero era agradable.

Llegamos a casa y me desvisto, me pongo el pijama y me meto en la cama. Mientras se me cierran los ojos, pienso en Bill y en nuestro encuentro. No se en qué momento le devolveré la chaqueta ni cómo iba a hacerlo, pero muy dentro de mí esperaba que fuera pronto.

GSPg - Bill KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora