Bell Cranel es un hombre de catorce años, quien anteriormente vivía junto a su madre y unas sirvientas, posteriormente conoció a tres personas más: Zald, Alfia y un hombre a quien llamaba abuelo. Ya que él se quedaba en casa por voluntad propia, no...
Nací y crecí en un hogar alejado de otras personas, pero yo no estaba solo, conmigo viven tres mujeres más.
Desde que tengo memoria, no habia conocido a más personas que no fueran ellas.
Mi madre, cuyo nombre es Meteria es una de ellas.
Una mujer hermosa de piel tan blanca como la nieve, al igual que su cabello, su par de ojos azules eran tan puros como los de un diamante.
Su personalidad es amable, amistosa y amorosa, siempre me trata bien a mí y las sirvientas.
La mayor parte del tiempo esta postrada en una cama cómoda y lujosa, levantándose con ayuda de las sirvientas para bañarse y atender sus necesidades, pero mayormente está ahí.
Cuando no esta durmiendo, ella me lee cuentos de héroes. También me gusta interpretar el papel de un héroe que salva a una princesa.
Al finalizar mi actuación, siempre me sonríe cálidamente y coloca su mano encima de mi cabeza, mientras decía.
-Seguro que serás un gran héroe en el futuro, Bell.
- ¡Lo seré, madre! ¡Seré el mejor héroe, lo prometo!
-Estoy segura de que lo lograras.
Después de que ella se dormía, pasaba el tiempo con las dos sirvientas, sus nombres son Aurora y Leticia.
Aurora es una mujer hermosa, tiene un rostro pequeño y una gran belleza. Lo que también llamaría la atención es su atractiva figura, un par de pechos grande, un enorme trasero y su delgada cintura sin duda atraería a cualquier hombre, yo no podía evitar que mi corazón lata con fuerza cuando ella esta tan cerca de mí. Su dulce aroma y voz cautivaría a cualquiera.
Aunque en un principio era fría y solo se limitaba a acatar ordenes, con el tiempo ella poco a poco fue volviéndose más expresiva. Incluso algunas veces me abrazaba cuando caían los rayos durante la lluvia.
Ella viste con un uniforme de sirvienta de color oscuro, a excepción de algunas partes que son blancas como los volantes en sus hombros, por encima de su cabello oscuro lleva una banda blanca y una falda larga oscura.
Al igual que su cabello sus ojos eran hermosos y negros.
Parte de sus grandes pechos era expuesto en la parte frontal de su uniforme.
Ella se ha vuelto una persona importante para mí.
Por otro lado, estaba otra sirvienta, una mujer bella llamada Leticia, es una mujer alegre contrario a Aurora, es enérgica y le gusta estar en movimiento. Es ella con la que mayormente me la paso el tiempo jugando fuera y dentro del hogar.
Ella cuenta con un mayor atractivo que Aurora, sus enormes pechos sobresalían y tenía un trasero aún más grande. Su cabello era rubio y largo como un lago de oro. Sus pares de ojos eran de color esmeralda.
Su uniforme era lo opuesto al uniforme de Aurora, gran parte era blanco a excepción de las mangas y una banda en la cabeza oscura con volantes blancos. Llevaba una larga falda blanca.
Con ellas tres bastaba y sobraba. No podía pedir más, era feliz siempre y cuando estuviera con ellas, pero un día... Eso cambio para siempre.
-Fin del prólogo-
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Espero poder terminar el capítulo hoy mismo, por ahora ¡A mimir!
Leticia
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Aurora
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