ㅡY ahora, la función logarítmica.
Espero a que el profesor diga algo que no sepa para anotarlo en la tabla de funciones. Miro la hora, arranco la tan útil débil piel de mis dedos. Me detengo. Detengo las piernas. No recuerdo la última vez que las había movido como lo que llamarían "una maniática estresada", si alguna vez lo hice. Recuerdo que hay otros a mi alrededor, que hay alguien a mi lado en busca de cualquier dolor, de cualquier molestia, cualquier cosa que le haga creer que su vida no es tan triste o inexistente como la mía. Que ella no haría esto. Así que me quedo quieta y vuelvo a prestarle atención al profesor. Tampoco recuerdo la última vez que dejé de prestarle atención a uno, si alguna vez lo dejé de hacer.
<Pa' que sigas. Voy pasado mañana.> <Ven a hablarlo, que no estoy pa' esto. Si no...> Dejo de pensar.ㅡÚltima función por hoy.
Salgo como si no ocurriera nada en mi mundo espiral, que me hunde, pero conmigo a mi entorno, mis clases, los demás terrestres hoy agobiantes. Debería hundirme sola. Sería más fácil. Viéndolo desde afuera, desde el después, mis compañeras, mi familienemiga, el extraño, los vecinos, todos han podido ver una pizca de mis tragedias personales, de mis reacciones pro-chisme. Así que hoy no pasará. O no del todo.
Camino junto a la chica, mi compañera. Una vez doblo y me alejo de ella apuro el paso, no saludo a nadie. Entro a casa. Mi madre duerme. Tomo agua, saco el equipo de música de su cuarto y me encierro en el mío. Espero que no la despierte. Por favor, solo es hoy.Tengo puesta las canciones más rebeldes de mi lista y las ventanas satisfactoriamente cerradas casi por completo. ¿Y ahora qué? Si no hago algo, haré lo que llamarían perretas infantiles, inmadureces antisociedad. Recojo todo del suelo. Voy a limpiar mi cuarto-carretera.
No. No quiero salir. Acomodo todo de nuevo en su lugar. Me siento frente al espejo y canto por encima del equipo. De nuevo mis piernas se mueven insistentemente, las detengo, pero nunca noto cuándo empiezan otra vez. Me peino, me miro al espejo y me da confianza. Verme siempre me da confianza. Veo lo que otros ven, lo que yo quiero que vean y lo que quiero ser.Canto, canto, canto. Renace la diosa Pelé. Solo que esta saca su ira por el canto. Lo llamo. Vendrá en una hora, así que sigo cantando. Canto problemas ajenos y dejo los míos en mis piernas inquietas. Suelto el peine para no hacer de ellas instrumento de percusión. No puedo volver a hacerme daño. No me da la gana. Canto, vomito vapor de rabia.
Lloro. Me da lástima tener miedo; solo ser la mitad de coherente, según como era antes. Me seco las mejillas y sigo cantando, sonrío a mi reflejo hermoso, imponente, desvergonzado. Lloro por no ser lo que veo.
De pronto las canciones ya no callan a la señora Mente, mis problemas suben también para entonces volverla intranquila. Me encorvo en el asiento, mi mandíbula quiere caerse, mi voz, dormir. Pero sigo cantando. Quiero gritar sin importar la vecina, mi madre, mi padre. ¿Por qué debería importarme? Pero mañana seguiré necesitando personas cuyo típico espacio no haya sido invadido por una histérica. Personas que saludan a la seria, lista, rara y agradable Diana.Mil pensamientos. Me siento en la cama y miro al suelo, miro mis pies. No soy yo. Mi mente ya no es parte de mí, no soy nada. No puedo detenerla ni ir en contra de ella, ni apoyarla, ni quererla ni ser ella. ¡Antes no era así! Recuerdo a mi tío. Dios. ¿Estaré también yo al borde de la locura? Por lo que he visto uno no nota el salto. ¿Cómo sabré cuándo pasará?
Ahora lo entiendo y al alcohólico, a Winehouse, al quizás suicidio de Marilyn. A la que se prende candela. ¡Antes no era así! Y adoro entenderlos y así amar a más gente que antes, pero ha costado tener que ser ellos. No quiero. Quiero ser ignorante, la que critica, la racional que dice <la gente no piensa>. No quiero saber más de lo que tengo ante mis ojos. Quiero ser otro más de esos cuerpos con raciocinio en desuso.
Sigo intentando complacerme en los cantantes, en no ser la única con un bucle dentro que solo sufro yo. Mi boca se abre. Mis hombros caen más. Entonces siguen los análisis filosóficos, moralistas o existenciales.
No estoy loca, solo me cansé del mundo. ¿Estaré loca si ya digo que no estoy loca? ¿O no lo estoy si aún puedo preguntármelo?
¡Ya! No quepo en mí. Necesito parar y que el mundo lo haga conmigo.Me acuesto bocabajo. Es como comerse las uñas por veinte minutos y parar: todo sale de mí un rato. Su chiflido me arrastra de la somnolencia. Lo recibo, lo llevo a mi cuarto y vuelvo a empezar. Solo que esta vez con coprotagonista, así que menos loca y menos yo.
~ ¡Hola! Por favor, dime qué te parece esta historia y si sería mejor más de este tipo (como monólogo interior) o algo con más hechos. También si te has sentido así o parecido ♡~
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Locura mía y otros cuentos.
Short StoryCon más técnica y experiencia narrativa que cuando hice mi primera novela😅: Cuentos que (algunos de ellos) más que narrar hechos, cuentan sentimientos y pensamientos que no caben en poesía, sin dejar de lado la narración, claro. Un mar de amor...