☼︎𝑺𝒄𝒓𝒆𝒘 𝒚𝒐𝒖☼︎|| brothers haitani y haruchiyo🝮︎︎︎︎︎︎︎

🝮︎︎︎︎︎︎︎4 𝑻𝒉𝒆 𝑷𝒂𝒓𝒕𝒚

¿Alguna vez han oído que uno siempre vuelve a dónde fue feliz?

Fue entonces cuando tú teléfono empezó a sonar otra vez, era Ran no sabías si contestar o no, ibas a contestar cuando la puerta se abrió y era Rindou.

—Linda chamarra.—

—Gracias, es mi chamarra favorita.—

Saliste de la habitación cuando te encontraste a Sanzu.

—Linda camisa.—

—Gracias es mi camisa favorita.—

Ellos solo se rieron y tú teléfono sonó de nuevo, era Senju así que contestaste.

—Perra, hoy en la noche salimos, es una fiesta que te mueres.—

—¿a qué hora?—

—A las 9 pm paso por ti.—

Se despidieron y colgaste, no tenías nada mejor que hacer así que aceptaste, no paso mucho tiempo para que llegara casi la hora, ya estabas cambiada, con un hermoso vestido negro, que definía tus curvas, no tan corto un con un escote no tan pronunciado, y unos bellos tacones q juego.

Pronto supiste que Rindou y Sanzu también irían a la fiesta, pero tenían que pasar con Takeomi y llegarían más tarde, así que llegaste a la fiesta con Senju y te dijo que se iban a sentar en la mesa de bonten.

—¿Acaso estás loca o algo así? El y Jessica van a estar ahí, y hoy no tengo muchas ganas de pelear.—

Le susurraste a Senju mientras ella sonreía para todos.

—Si, pero le va a arder verte con Rindou y Sanzu, así que en lo 1ue llegan yo voy a estar aquí.—

Ya no dijiste nada, pero no pudiste evitar ver a Jessica tomada del brazo de Ran, te daba algo en el estómago, y te querías ir, pero Senju no te iba a dejar, así que solo te sentaste sin decir nada, cuando llegaron Sanzu y Rindou Sanju se fue, y se sentaron uno a cada lado de ti, tu no sabías ni que hacer, por qué la mirada penetrarte de Ran no salía de tus piernas, las cuales tenían marcas que habían dejado esos 2, trataste de cubrirlas con tu vestido pero aún eran visibles.

Jessica se le acercaba demasiado a propósito, te te volteaba a ver, con una sonrisa malisiosa de que ella había ganado y ella se había quedado con el.

Se te revolvía el estómago, era como tener hormigas en el estómago, que sangoloteaban, y te mordian por dentro, pues tus sentimientos por Ran habían Sido duraderos, de varios años en los que parecía que tenías una jodida venda en los ojos, por qué no te dabas cuenta, pero decidiste ignorar aquello, y tomar algo de vino para ahogar aquellas hormigas.

Transcurrió la noche, y solo sentías su mirada, sabías que era la de el, lo sabías con tanta sertesa, conocías perfectamente su cara, y la muñeca que tenía, lo conocías como la palma de tu mano, por lo que no te fue difícil notar que estaba enojado, enojado y celoso, pero al ver cómo su hermano y su supuesto amigo tenían sus manos en tus piernas y no dejaban de hablar de lo bonita y amable que eras, casi casi estaba sacando humo de las orejas.