el titán de la montaña

la historia de un titán

Hace mucho tiempo, existieron los titanes, seres gigantes que dieron a la humanidad la magia y las bendiciones, trayendo paz al mundo.

Los titanes, pacíficos en su naturaleza,  existían desde la creación del planeta, le dieron forma a los continentes y con sus cuerpos muertos crearon montañas y volcanes.

Entre estos existía un pequeño titán, el cual veía las estrellas con alegría, un pequeño titán joven e inocente, este titán soñaba con tocar las estrellas.

Los sueños y pensamientos de un titán se materializan de una u otra forma debido a su voluntad, los seres que habitaron aquel tiempo les decían "los benditos" en vez de titanes, pues cada cosa que ellos quisieran dios se las daba.

Eso hasta que llegó ese pequeño titán, el no sólo quería tocar una estrella, con el tiempo que fue creciendo y aprendiendo, ya no sólo quería tocar una estrella, quería poseerla para si mismo.

Quería controlar las estrellas, y eso se le dio.

Una nueva ley fue creada por su deseo y sueños, "mientras una vida nace, también una estrella nace, cada estrella está formada por el alma de cada ser viviente".

El titán, cuando supo de esto, creo la primera arma, un arma que con su filo atravesó el espacio, llegando al lado de cada titán.

El titán, cada que aparecía al lado de otro titán, cortaba sobre sus cabezas, cortando un poco de cabello, los titanes caían como si nada, como si a una marioneta se le hubiera cortado la cuerda que lo controla.

Cada titán que caía, se convertía en una montaña, sin dejar rastro alguno, solo su sangre, que se convirtió en arroyos y mares.

El titán cada que cortaba, una estrella se iluminaba en azul en vez del característico blanco, las estrellas azules lo seguían, seguían sus órdenes y lo adoraban, pero aún no había logrado su cometido, tocar una estrella.

Ya poseía estrellas, más no había tocado una.

En su deseo, el titán se volteó a la estrella más grande y brillante, y ordenó a gritos.

-¡Déjame tocar una estrella!

Siguiendo su orden, la estrella cayó, a toda velocidad dejando un cráter en un. Lugar donde hasta ahora se piensa cayó el meteoro que extinguieron a los otros seres que habitaron la tierra.

El titán solo veía un páramo desolado, no quedaba nada vivo, en su desesperación, fue a donde cayó la estrella, tomándola en manos, una esfera de luz del tamaño de la luna, o incluso más grande.

Ante sus manos, parecía una pelota de fútbol, estaba feliz de al fin tocar una estrella, pero triste de la forma en la que la obtuvo.

Tomando un respiro, miro al cielo estrellado y grito dando una orden.

-¡Den su luz y creen una raza que gobierne este mundo, razas que mantengan la tierra y desafíos para la raza que gobierne!.

Las estrellas habían hecho casó, mientras creaban, el titán vio la estrella en sus manos, vio su arma y se la clavo en el pecho, triste pero sin remordimientos, se comió la estrella como si de una fruta se tratase, el titán a punto de morir.

Vio hacia un lugar, donde no había nada, este empezó a flotar, sacando el arma que lo había atravesado, corto el espacio una vez más, llegando a varios años luz de distancia del planeta, su cuerpo empezó a colapsar, se convertía constantemente en Luz, hasta que en un punto explotó, así creando el sol.

-¿Pero no hubo otra forma para que el cumpliera su deseo, sin terminar así?

Un pequeño niño se encontraba en su cama, viendo a su padre, el cual tenía un libro que decía "cuentos de titanes".

- aunque el  quisiera, ya era tarde, al igual que ya casi pasa tu hora de dormir.

-buenas noches papá.

-buenas noches campeón.

El padre le acomodo su manta a su hijo y se fue, dejando al niño pensando.

-si los titanes podían volver realidad sus deseos, ¿Por qué se extinguieron?.

El niño pensando que la historia era real, se  puso a soñar, que él era el titán de la historia, pero tomando un camino diferente.