El Padre de la Duda

10 0 0
                                    

Era un errante, esa fue siempre su esencia desde que Dios le dijo que saliera de su tierra y su parentela, y todo el mundo lo conoce como el padre de la fe: Abraham, padre de multitudes, de todos aquellos que creen. El primer hebreo, el primer errante. el que camina, a veces sin tener muy claro hacia donde, que no ha llegado a su destino. Habló muchas veces con Dios, amigo de Dios le llama la escritura. Y como amigo de Dios, le hizo muchas preguntas sinceras, y muy interesantes. Tanto es así, que me atrevería a decir que no solamente es el padre de la fe, sino también de las dudas. De hecho, antes de ser el padre de la fe, fue el padre de la duda:

"Abram, no tengas miedo, porque yo te protejo, y te voy a dar una recompensa muy grande.

Pero Abram respondió:

- Mi Señor y Dios, ¿para qué me sirve todo lo que me vas a dar, si no tengo hijos? En ese caso, como no me has dado un hijo, todo lo que me regales le quedará a Eliezer de Damasco, que es uno de mis criados.

Entonces el Señor le dijo:

- Vas a tener un hijo, y será él quien se quede con todo lo que tienes. ¡De modo que ningún extraño se quedará con tus bienes!".

Génesis 15:1-4

¿Te imaginas que Dios te diera una promesa como la que dio a Abraham? Lo último que se te ocurriría sería preguntar acerca de la herencia y los hijos. Pero así era él. Y hay más:

"Y le dijo:

- Yo soy el Señor que te saque de la ciudad de Ur de los caldeos, para regalarte esta tierra.

Pero Abram le respondió:

- Mi Señor y Dios, ¿cómo podré estar seguro de que me las vas a regalar?".

Génesis 15:7-8

¿En serio, Abraham? ¡Te lo está diciendo Dios! Abraham estaba reticente, aun cuando Dios le estaba hablando como el que habla con un amigo. Después de esto Dios hizo un ritual, un pacto, para darle seguridad a Abraham. Porque así es dios, pero hay mas:

"Al anochecer, Abram se quedó profundamente dormido, y se sintió rodeado de una oscuridad aterradora.

Entonces el Señor le dijo:

- Abram, ten la seguridad de que tus descendientes van a vivir como esclavos en una tierra extraña, y los tratarán mal durante unos cuatrocientos años".

Génesis 17: 12-13

Abraham (Abram) tuvo una extraña sensación por la noche, quizás Dios no le había dicho todo, así que el Señor, para darle seguridad, le anticipó lo que ocurriría con sus descendientes, lo bueno y lo malo. Pero hay más:

"Dios también le dijo a Abraham:

- Tu esposa ya no se llamará Saray, sino Sara (Princesa). Yo la bendeciré y te daré un hijo de ella. La bendeciré tanto, que será madre de naciones y de reyes. Abraham se inclinó hasta tocar el suelo con su frente, y se rió de pensar que un hombre de cien años pudiera ser padre, y que Sara pudiera tener un hijo a los noventa años".

Génesis 17:15-17

En esta escena, ya casi entramos en lo cómico. Cuando Dios le dice que va a tener un hijo, Abraham se inclina, hasta poner la cara en el suelo, pero nos queda la duda de si es por reverencia o para taparse la cara, porque no podía aguantarse la risa. Le parecía un chiste. Estaba arrodillado, pero dudaba hasta el punto de reír.

Dios se lo tomó bien, y le devolvió la broma. Su hijo, cuando naciera, se llamaría Isaac, es decir, risa. Así se tratan los amigos.

La duda es sumamente importante en la vida de fe. Obvio, también existe una duda nociva. Los fariseos tenían muchas preguntas, pero no eran preguntas que pretendieran aprender, descubrir algo nuevo, sanar. No. Eran preguntas trampa, capciosas y totalmente infructíferas. No es el caso de Abraham. Él quería aprender, aunque son preguntas duras, confrontando de manera sincera a Dios, planteándose si lo que Él decía era verosímil. Pero es una confrontación desde la genuina necesidad de descubrir, de aprender. Por eso Abraham, antes de ser padre de la fe, es padre de la duda genuina, aquella que te propone cambios, oportunidades. Una duda que te abre puertas a la fe. Con una buena actitud, hasta con buen humor.

Y así debemos ser nosotros. ¿Tenemos preguntas genuinas acerca de Dios?

Hagámoslas. Debemos descubrir nuestro corazón y el de nuestro prójimo, si nuestros cuestionamientos acaso pretenden acercarnos a la verdad, o a "nuestra verdad". Porque finalmente, la fe no es una cuestión de una seguridad absoluta de todo, sino de una confianza a pesar de las dudas y el miedo, como Abraham, y de tomar decisiones con valentía en medio del temor.

Porque la fe, si no tienes dudas, no es necesario. Como el valor, solo es necesario cuando hay temor. Si no tienes temor, no eres valiente, eres un temerario.

Me dan miedo las personas que están seguras de todo. Los cristianos que tienen respuesta para todo, creyendo que eso es fe. Insisto, cuando estés seguro de todo, no necesitas fe. Abraham, el inseguro que confió en Dios, se convirtió en el padre de la fe, porque le conoció, entregó sus dudas a Dios; siguió conviviendo con ellas, y cada vez que la sombra de la inseguridad le venía, observaba a su hijo, y le daba la risa.


You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: May 02, 2023 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

¿EL PADRE DE LA DUDA?Where stories live. Discover now