-Winter-
Atónita, decidí entrar. Parecía un sueño, creí ingresar al vestíbulo de un edificio, pero al momento de pasar el umbral me sentía en un castillo, algo no estaba bien en ese lugar, como si de un momento a otro ubiese atravesado un portal.
Candelabros de cristal colgando del techo, una alfombra tan roja como la sangre que escondía un piso completamente de mármol blanco tan delicado y reluciente que se podía usar como espejo, sus paredes bañadas en detalles dorados, juraría que se trataba de oro puro, cortinas blancas que se veían tan suaves como seda, dos ascensores blancos que indicaban la subida al igual que la bajada y por último un recibidor con dos sillones tan lujosos que solo una persona de alta remuneración podría sentarse ahí, si su bolsillo le permitiese pagarlo.
¿Donde estaba? ¿Que hacía ahí? ¿Por qué decidí entrar? Esas y muchas otras dudas invadían mí mente, inundando cualquier pensamiento cuerdo en mí ser. Pero no todo terminaba en eso, sino que dentro no había una sola alma.
Encaminada a la recepción, decidí obtener respuestas a mis pequeñas dudas, que dentro de unos instantes se volverían inmensas. Llegando al escritorio, donde debería estar una persona esperando posibles residentes, solo se encontraba una campanilla dorada completamente reluciente, no era posible que no se encontrará nadie en ese recinto.
Trague saliva muy levemente, todo se escuchaba tan hueco, vacío, sin vida, pero del mismo modo era tan acojedor. El ambiente era tibio, te recibía amablemente sin siquiera la necesidad de que cualquier persona física te invitará ingresar al mismo. Muchos sentimientos mezclados se intercalaron en mí interior.
Tan inmersa en mis pensamientos, no me percate de una persona o mejor dicho algo no identificado en mí perspectiva que estaba causando sonido a mis espaldas. ¿Una máquina? No, era algo más inteligente que eso. Una pantalla guiaba mis movimientos, que debía hacer en ese momento; la misma me dirigía a una cámara y recomendaba guardar discreción.
Escuché el pitido del ascensor, haciendo que cada vello de mí cuerpo se erice con ese simple sonido. Mí cabeza repitiendo millones de veces la misma pregunta que no encontraba respuesta ¿que hacía yo en ese lugar?
Sentí que estaba presenciando una historia de terror, me buscaban a mí en una ciudad fantasma, no sabía a qué dirección salir corriendo ni a quien pedir ayuda, nadie me escucharía, las paredes eran demasiado gruesas, además éstas personas podrían tener tanto dinero que pagarían el silencio de cualquiera que esté cerca presenciando el posible crímen.
Todas eran hipótesis, muy posibles, pero solo delirios que creaba mí mente mientras veía los números del ascensor bajando cada vez más cerca de mí paradero. Me concentre en algo muy simple pero a la vez muy extraño para razonar... El ascensor estaba en el piso 147 y bajando.
Demasiados pisos, incontables habitaciones, para una ciudad tan pequeña. Ya no podía pensar claramente hasta que sentí que el tiempo se pauso por un segundo. El dispositivo a mis espaldas comenzó a realizar unos pequeños zumbidos llevándose toda mi atención.
–Buenas noches señorita, mí nombre es Bob, su tecnología de confianza. Teniendo en cuenta que ya es muy tarde, el personal del establecimiento quiere ofrecerle una habitación completamente gratis para que pase la noche. Solo deberá tocar la campanilla que se encuentra en el escritorio principal y alguien la escoltara a la brevedad.– Su tono fue amable y cordial, nunca había escuchado una máquina hablar por si misma y mucho menos darle órdenes tan directas a alguien.
La ansiedad se apoderó de mí cuerpo, las brillantes agujas del reloj volvieron a girar en mí realidad, dando sentido a todo lo que pasaba alrededor. El ascensor seguía bajando, piso 87, no tenía mucho tiempo algo debía hacer.
Tal vez solo me estaba ganando mí condición, comencé a pensar más claramente. Mis problemas psicológicos eran muy grandes actualmente y también por esa razón realice todos estos viajes, por mí salud.
Seguramente solo era eso, el miedo a lo desconocido adueñándose de mí poca cordura. Me habían ofrecido una noche en este hermoso y lujoso edificio, afuera había demasiada neblina y nevaba como si se fuera a partir en dos el cielo en cualquier momento. No podría salir en un buen tiempo, lo más sensato era aceptar la oferta y solo pasar la noche, tendría que posponer el vuelo, aunque seguramente ya lo habían hecho, con esta nevada no es muy probable que hayan aviones.
El ascensor empezó a sonar cada vez más cerca, piso 7. El corazón tan acelerado, sentía como si se pudiera escapar de mí pecho. Decidida puse el dedo índice en el timbre de la campanilla delicadamente, mí mirada se centro en los últimos pisos que bajo el ascensor y mí terminante vision cayó en la puerta del mismo abriéndose de par en par. Luego, todo fue oscuridad.
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Skyscraper
Fiksi UmumLuego de viajar por el mundo siendo libre, la protagonista de esta historia termina su viaje en una ciudad futurista, a la cuál no hay registro de su ubicación. Una chica de 27 años, que no recuerda su nombre, tendrá que escapar de un edificio con...