Sin salida

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-Winter-  


Mi cabeza daba vueltas, me sentía completamente desorientada. ¿Donde estaba? No recordaba nada, mi nombre, mi edad, que día era, cuanto llevaba dormida. Solo algo me decía mi instinto, debía escapar.

¿Como había llegado a ese lugar? Nada tenia sentido, paranoica decidí investigar la habitación en la que me encontraba. Paredes blancas, al igual que el techo y el suelo, algunos sillones del mismo color, dos camas que parecian de manicomio, no habían ventanas ni puertas, no podría salir de ninguna forma pensé, pero supuse que tampoco podrían entrar por lo que me calme.


â̵͇̦̦̰̣͓̼̩͘͠u̵̖̣̙̒̃̂n̶̺̲̽̊̚q̴̣̰̭̲̾̈́͒̿͒̎̍̈́u̶̢̓̊̐͗̑̌̊̀̄̃ë̷̜̭̜̼͙͔͙̺́͠ ̸̨̛̩̬͍̙̮̯̟̔̀̓͋͗͋̾̕n̵̡̺͍͈̩̗͇̮̹͊ͅo̵̢̼̣̟͔͖̳͍̟͉̎́̾̅ ̵̨̫͖̼͖̖̹͒͌̚ṗ̶̡̲̽͌̆͠ơ̸̭͖̠̈̇̆ŕ̶͖̗̉ ̵̙͍̰̹̼̙̗͍̈́̅̓̓̀́͜m̸̢̮̝͖͕̟͙̲̒͆̈ư̷̯͓̰̫͔̗̯̟͉͂̆̋̿̆̄c̴̡̯͖̝͂̇́̚h̵̛̖͋̆̓̃͛͝ö̸̘̪͍͕́̏̈́̅̓͑̓̍̚ͅͅͅ ̷̹̞̳̫̎͂́̄̌̈́͊͘t̵̟̗̜́̕͠i̴̧̫̮̭̫͓͙͚̥̔̿̈́͒̂͘͝ͅë̸̟͚̣̮́̈m̶̼̌͆̍͋̈̂͋͊p̶̟͌̋̆͂̅̌̽͘ő̸̪̩̥̘̺̮̣͍̬͛͋̈́̄̍͑͝͝͝.


Mi pecho comenzó a arder, escuchaba un reloj muy viejo sonar dentro de mí ser y lo que provoco mi desmayo volvió. El ruido del ascensor bajando me hizo entender que de alguna forma había entrado en esta habitación, no existe la magia ni los cuentos de hadas por lo que supuse que no estaba a salvo, secuestrada, sin nadie saber de mi paradero no tendría rescate. Entendí que habían muchas posibilidades de que esto se tratara de un experimento muy despiadado.

Frente a mi en una de las paredes del cuarto apareció un contador... 16... 15... 14... la forma tan brillante de esos números comenzó a perturbarme, algo se aproximaba a mi paradero, lo sentía en mi sangre. Mire para todos lados buscando un lugar donde refugiarme, lo que fue inutil ya que no habían muebles en ese lugar. 10... 9... 8... seguían bajando los números hasta que se clavo en el número 7. Por intuición mis ojos se cerraron con fuerza, de un momento a otro me sentí en una película de terror. Pero no tenía elección solo quedaba aceptar mi realidad.

Una luz senti reflejarse sobre mi piel, al abrir un poco los ojos mirando mis pies perdí el equilibrio cayendome de espaldas al suelo luego de escuchar una voz grave dirigirse al único ser que se encontraba dentro de ese cuarto, yo.

Sin levantar la vista, aun mirando hacia el suelo, con la respiración completamente agitada y el dolor de mi cabeza sofocante e hiriente, comencé a escuchar la cosa que estaba a unos cuantos metros de mi. Me daba mucho terror mirar a los ojos a "mi secuestrador".

-Tres días. - dijo él.
No entendí a que se refería por lo que amague subir la mirada.
-Disculpa..? - fue lo único que salio de mi boca casi en un susurro, pero al ver su rostro mi cuerpo instintivamente se alejo. Quemada, la mitad de su cara completamente carbonizada, vestido de uniforme blanco con botas negras, por un momento creí que era un carnicero por el filoso cuchillo que traía en una mano, pero luego me percate de la bandeja que llevaba en la otra... él continuo hablando.

-Hace tres días que no comés, acabas de despertar, con suerte sabíamos que seguías viva por tu respiración y signos cardíacos. Nos diste un susto. - Su tono de voz no convinava con su forma de hablar. Quise responder pero me interrumpió acercandose al escritorio a un lado del cuarto el cual estaba completamente vacío. -No sabía que podía gustarte comer así que cocine algo simple, espero que te guste.-

Al verlo distraído devolví la mirada hacia el supuesto ascensor, estaba abierto de par en par y no se movía. "Piso 7" me daba curiosidad pero decidí no preguntar algo como ¿donde estoy o quien me trajo aquí? Tal vez aunque me este tratando bien todo esto termine en algo malo en lo que podría estar involucrada. Pensé en correr y escapar, pero ¿donde iría? en ese momento no tenia ni el mas mínimo recuerdo de quien era o donde vivia, tal vez lo mejor seria reunir información útil antes de escapar. Por lo que junte fuerzas y mis cuerdas vocales emitieron sonido al fin.

-Mí cabeza me esta matando, no entiendo que ocurrió ni donde estoy. - comencé a explicar tímida pero haciendo el esfuerzo para intentar caerle bien.
-Es lo normal, seguramente tenes hambre, ven y come ya habra tiempo para hablar luego de que te asignen tus tareas.- lo mire atonita luego de sus palabras, me levante del suelo hasta que un mareo me golpeo, casi por caerme al suelo él me agarro firme para que no tropiece guiándome a la mesa. -Tranquila, - continuó - tu viniste aquí, te dimos una habitación y ahora estas en deuda con nosotros, así que deberás ayudar.-

Al tenerlo de espaldas no vi su rostro, pero senti su mirada clavada en mi nuca por un buen tiempo. Estando sentada frente al plato de comida empece a analizar la situación, un plato hondo con verduras un poco viejas con carne a medio cocinar, un vaso de cristal lleno de agua casi por rebalsar y dos cubiertos de plastico bastante rotos, como si muchas personas los hubieran usado antes que yo. Hasta que me di cuenta que algo faltaba, un objeto.

El cuchillo carnicero no estaba en la mesa.

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⏰ Última actualización: Mar 14 ⏰

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