The Demonic Warlock & The Tiger

1K 146 21
                                    

Tres meses después de estar compartiendo felizmente espacio, Hyunjin se encontró con un caso de desaparición que lo tenía devanándose los sesos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tres meses después de estar compartiendo felizmente espacio, Hyunjin se encontró con un caso de desaparición que lo tenía devanándose los sesos.

Se trataba de una chica cambia formas de oso perezoso de nombre Lia y que llevaba varios días sin aparecer en la casa que compartía con otras cuatro chicas a las afueras de Distrito Nueve, después de que hubiesen asistido juntas a una fogata cerca de uno de los tantos bosques de la ciudad.

Debido a la demora, cualquier rastro que la chica hubiera podido dejar ya era prácticamente inútil y Hyunjin no tenía idea de dónde más buscar.

Sabía que muy probablemente Lia ya estaba muerta, nadie desaparecía de Distrito Nueve por tanto tiempo y vivía para contarlo, pero Hyunjin quería al menos darle la tranquilidad de un hecho concreto al grupo de amigas que, se notaba, eran muy unidas.

— ¿Estás segura? — rugió Hyunjin al teléfono, hablaba con Yeji, una de las amigas de Lia y que le llamaba para decirle que otra de las chicas había recordado algo respecto a la noche en la que Lia había desaparecido. — ¿Azufre? ¡Debieron habérmelo dicho antes!

— ¿Sucedió algo? — le preguntó Félix, quien preparaba dos filetes a su lado mientras tarareaba Murder on the Dancefloor de Sophie Alix Bextor, una canción que le gustaba mucho y que solía escuchar mientras cocinaba.

Despeinando su cabello debido a la frustración, Hyunjin tomó la lata de cerveza que Félix le extendía y de la que había estado bebiendo él mismo. Sin remilgos, Hyunjin vació el contenido, golpeando la mesa de la cocina con la lata al terminar.

—Si, Yeji acaba de decirme que Yuna acaba de recordar cierto olor azufre por el lugar en el que vieron a Lia por última vez en compañía de un chico que no conocían.

—Oh...— fue todo lo que dijo el pecoso, formando una adorable "o" con sus apetitosos labios acorazonados.

Si, apetitosos.

Hyunjin no había tardado mucho en entender de donde procedía esa sensación de pertenencia que sentía por Félix y pronto empezó a deslizarse en dirección a los encantos del pecoso, sin importar que este representara un peligro con toda su naturaleza híbrida y explosiva.

—Voy a necesitar de tu ayuda, Lixie. — declaró Hyunjin, clavando sus ojos color ámbar en los castaños de su amigo quien hizo un puchero en respuesta.

— ¿Qué me darás a cambio? — Hyunjin sonrió inmediatamente en respuesta; no era como si el pecoso fuese adverso a hacer favores, pero como buen descendiente de demonios, recibir un pago era siempre lo habitual, sin importar lo pequeño que este fuera.

Y contrario a lo esperado, Félix solía evitar hacer uso de las habilidades que la mezcla en su sangre le confería, un hábito que se le había quedado de sus años creciendo con la familia humana que lo había adoptado.

— ¿Hot Cheetos? — ofreció Hwang, sabiendo que era uno de sus favoritos. También solía funcionar el conseguirle ingredientes para que horneara galletas de chocolate o brownies, que personalmente se habían convertido en sus favoritos.

Every Beast Finds a Mate (Hyunlix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora